El comercio ilícito de cigarrillos en España se situó en el segundo trimestre de 2019 en el 8,1 %, lo que supone un descenso de 1,3 puntos respecto al dato del mismo período anterior. Así lo apunta un informe elaborado por la consultora Ipsos y financiado por las cuatro grandes tabaqueras (British American Tobacco, Philip Morris, Imperial Tobacco y Japan Tobacco International). El estudio se realiza a partir del análisis de cajetillas vacías recogidas por la calles en diferentes países para comprobar cuáles fueron vendidas en el circuito legal y cuáles no.
El ejemplo en la lucha contra el tráfico ilícito en España lo marcan cinco ciudades, donde este tipo de práctica no supone ni el 1 % de las ventas. Así, en Mataró (Barcelona) y León se sitúa en el 0,9 %; en Gijón el porcentaje es del 0,8 %; en Albacete del 0,7 % y en Burgos del 0,6 %. Lo más llamativo es que, según pone de relieve Ipsos, mientras que en Dos Hermanas y en Sevilla, dos de las tres ciudades con una mayor penetración del contrabando, éste sigue manteniendo una tendencia todavía de crecimiento, en las dos que menos sufren el fraude -Albacete y Burgos- no para de caer.
En efecto, en la localidad sevillana de Dos Hermanas prácticamente una de cada dos cajetillas que se vende no paga impuestos, el 47,7 % del total. La cercanía a Gibraltar, el alto nivel de desempleo y la fuerte penetración de la economía sumergida han provocado, de hecho, que las diez ciudades españolas con una mayor penetración del contrabando de tabaco sean andaluzas. Tras Dos Hermanas, aparecen así Jerez de la Frontera, donde el tráfico ilegal supone el 39 % del total; Sevilla, con el 38,5 %; Almería, con el 33,3 %; Cádiz, con el 31,1 % y Córdoba, con el 27,1 %.
Fuera de Andalucía, las ciudades con un mayor nivel de contrabando son Terrassa (Barcelona), con un 13 % y Parla (Madrid), con un 11,9 %. Situándose la media nacional al cierre del primer semestre del año, según los datos de Ipsos, en el 8,1 % del total de las ventas, las dos grandes ciudades españolas -Madrid y Barcelona- tiene índices más bajos. En ambos casos la situación es, sin embargo, muy parecida. Mientras que en la capital de España el porcentaje del contrabando es del 5,5 %, en la ciudad condal se sitúa en el 4,9 %