El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha tenido un fin de semana apretado antes de emprender viaje a Roma este mismo domingo.
Consejos de gobierno sucesivos le han llevado a afrontar la nueva situación sin estado de alarma "liberando" a la región de las muchas restricciones impuestas, hasta convertir a la hostelería y el comercio en los sectores con horarios más flexibles de toda España en tiempos de pandemia.
Como no podía ser de otra forma y en orden a cumplir con sus ya tradicionales tics de verso suelto del PSOE contra el Gobierno de Pedro Sánchez, el mandatario castellano-manchego le ha enviado un par de mensajes a su jefe de filas del partido que no han pasado desapercibidos para nadie.
En primer lugar se ha mostrado muy crítico con el hecho de que finalmente decaiga el estado de alarma decretado a nivel estatal pese a que algunas autonomías deseaban prolongarlo alguna semana más, lo que le ha llevado a dar un primer aviso: "Si llega otra ola, a algunos les supondrá un adiós". Una cuarta ola será la fosa, según Page, para "algunos" dirigentes políticos, entre los que incluiría, sin nombrarle, a Pedro Sánchez. Parece más un deseo que una certeza de que eso vaya a ocurrir, pero como certezas no hay ninguna en estos momentos tan convulsos lo único que cuenta es el deseo (el del adiós, no la ola).
El otro mensaje ha pasado más desapercibido, pero es más demoledor. El presidente castellano-manchego subrayó en su rueda de prensa del sábado que “el estado de alarma no puede sustituirse por la ausencia de Estado, tiene que sustituirse por un estado de coherencia, de evaluación permanente”. Page no da puntada sin hilo, y aunque parece referirse al conjunto de mandatarios nacionales, regionales y de provincias, lo cierto es que se ha interpretado como otro recado a Pedro Sánchez por lavarse las manos en la gestión de la pandemia después de que haya decaído el estado de alarma, que ha dado paso, como bien dice el político toledano, a una alarma sin Estado. El anterior estado a nivel nacional ha tenido que sustituirse por "un estado de coherencia" que al parecer no había antes de este domingo.
Page ha cumplido con su deber como presidente de Castilla-La Mancha decretando una nueva normativa de lucha contra la pandemia que supera en parte las medidas liberadoras de horarios de la vecina comunidad tabernaria de Madrid. No sabemos con qué consecuencias a medio plazo. Y también ha cumplido con su función de Pepito Grillo del Gobierno de Sánchez, en ese tono de "ironía cabreante" que tanto enfada a los políticos murcianos y al que tan acostumbrados están en Moncloa y en Ferraz.