En torno a las vacunas contra el Covid surgen infinidad de teorías conspiratorias que son desmentidas por los científicos y sanitarios.El último buloes el de las“vacunas magnéticas”, una creencia extendida por las redes sociales y queha generado un gran revuelo porque varios vacunados muestran en fotos y vídeos comose pegan distintos metales en la zona donde recibieron el pinchazo.
Este bulo ha sido desmentidopor completo porBoticaria García [Marián García - Belmonte (Cuenca)]- en el programa "La hora de la 1", que presenta Mónica López.El caso es que muchos químicos y expertos han negado por completo este último bulo sobre las vacunas y sus propiedades magnéticas que provocan que los imanes se peguen al cuerpo.Boticaria García también se ha encargado de negar por completo esta falsa informacióny ha desvelado el motivo real por el que los imanes, cucharas, tenedores y otros elementos se quedan pegados a la piel.
Lo primero a lo que se refiere Boticaria García es a la ficha técnica de cualquiera de las vacunas que se están inyectando contra el Covid-19.“Ninguna ficha técnica de las vacunas tiene en su composición metales pesados, compuestos ferromagnéticos o sales de aluminio”, apunta.
Las vacunas podrían tener esas extrañas propiedades y no indicarlo en los prospectos, pero hay otras razones que esgrime la Boticaria García para desmentir tales cosas: “Se han hecho experimentospara ver si esto es posible y no es posible por varias razones. Necesitarías tanta cantidad de particulares que sería mayor que los 0,3 mililitros de la vacuna.Es imposible, necesitaríamos tener un imán físico implantado bajo la piel para que se nos pegasen las cosas”, afirma.
“La realidad es que nuestra piel es grasa, tenemos un manto lipídico y dependiendo del tipo de piel puede ser más o menos pegajoso”, explica Boticaria García, que explica de una vez por todas la causa por la que se pueden pegar los metales al cuerpo y lo demuestra de forma experimental sobre su propio brazo. Es una razón de higiene. Es decir, que si una moneda se le pega a alguien al brazo es porque no se ha lavado debidamente. O sea, por guarro.