Una familia tradicional de la agricultura y el campo de Castilla-La Mancha ha conseguido un éxito sobresaliente, y lo ha hecho a base de esfuerzo, tesón y gran calidad: produce el aceite de oliva virgen extra más premiado del mundo en la provincia de Ciudad Real, un logro espectacular que ha llegado por el mimo y el cuidado al producto y por un trabajo y dedicación que llevan años labrándose un prestigio sobresaliente.
La familia Mora lleva 10 años cosechando sus olivos y grandes éxitos con su marca Palacio de los Olivos. Tenían claro desde que se introdujeron en el mercado lo que querían: un aceite de oliva virgen extra de calidad suprema y un sabor superlativo. Y vaya si lo consiguieron.
Los resultados obtenidos en estos años de trabajo no dejan lugar a dudas: en apenas una década han logrado seis títulos donde se les cataloga como el aceite más premiado del mundo en la variedad picual. Luis Rubio (Madrid, 1965), responsable de exportaciones de la empresa, explica cómo empezó todo.
Cuatro décadas
La familia Mora acumula cuatro décadas dedicadas a la agricultura, pero no siempre centraron su producto en el aceite de oliva virgen extra. En la década de los 80, los líderes de la familia Mora, dos agricultores ciudadrealeños, comenzaron a producir varios tipos de cereales en Almagro, entre los que destacaban la cebada y el trigo.
En ese tiempo tuvieron cinco niños: Raúl Mora y sus cuatro hermanos, repartidos hoy en día en varias posiciones de la empresa y al cargo de la misma desde el fallecimiento de su padre.
El terreno donde tenían cereales en el municipio de Almagro (Ciudad Real) pasó a ser un olivar hace 15 años, cuando la crisis económica aún asolaba España. El objetivo era arriesgado, pero sabían que había una oportunidad de mercado. Los Mora construían, además, una almazara propia".
"Se decidió plantar 200 hectáreas de Picual y construir una almazara con tecnología muy moderna. Aplicando técnicas tradicionales, pero con la mejor tecnología, porque cuanto más modernas son las máquinas mejor aceite se obtiene", apunta Rubio.
Los premios
Pocos años después, los olivos plantados comenzaban a dar sus primeros frutos. Además del aceite, estos olivos traían consigo uno de los productos más exitosos de España.
"Llevamos más de 200 premios, cada año son más de 30", expone Rubio. "Empiezas poco a poco y ya llega un momento en el que ves que es algo que el consumidor valora". El responsable de Palacio de los Olivos explica que se valora "la calidad del aceite, que tengas buen envase, imagen…".
"Esto también tiene mucha importancia a nivel nacional e internacional. Nos hemos ido presentando a más cada vez, pero ahora presentamos a más de 20 que son importantes de cara al ranking internacional", destaca.
Entre la gran cantidad de premios, destacan los 6 world championship en la variedad Picual de los Evoo World Ranking. El propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español reconoció la labor de esta familia, otorgándole al aceite de oliva virgen extra Palacio de los Olivos el premio Alimento de España 2019-2020.
"La sexta vez... —dice Rubio con Orgullo—. Es una gran satisfacción porque es un reconocimiento al trabajo que se hace todo el año. Y digo durante todo el año porque lo que estamos haciendo es cuidar el olivo durante 11 meses para que en la cosecha de octubre e inicios de noviembre tengas un buen resultado Ahí te lo juegas todo para hacer un buen aceite después de un año".
Supermercados
El aceite de oliva virgen extra de Palacio de los Olivos se puede encontrar por un precio que ronda los 8.50 y los 9 euros en supermercados como Carrefour, El Corte Inglés o Sánchez Romero. No obstante, "nosotros, sin dejar atrás el mercado nacional, nos hemos centrado más en la exportación".
Tal y como explica Rubio, a pesar de que las últimas cosechas no han sido buenas y los costes de producción han sido mayores, ellos no han querido "que esto repercuta en el consumidor".
"El precio en origen del aceite ha subido en los 12 meses casi 2 euros el litro —explica Rubio—. Pero nosotros no hemos repercutido esta subida del aceite en el consumidor, un poco por respeto, porque no puedes estar así. Tampoco queríamos subirle el precio porque nos hayan subido los costes del vidrio, el cartón... Hemos intentado mantenerlo".
Han sido años duros. Generalmente, la producción de las 200 hectáreas con las que cuenta la familia otorga entre 100.000 y 200.000 litros de aceite. Este último curso ha sido complicado. "Ha sido horrible, nos ha costado mucho trabajo y dinero darles de 'beber' a los árboles. Eso ha tenido un coste muy alto de energía".
Calidad vs. cantidad
La estrategia de la sociedad Olivopalacios, regente de la marca Palacio de los Olivos, "va más destinada a la calidad que a la cantidad", expone el responsable.
Las tierras situadas en Almagro componen una finca llamada Los Palacios. Dicho enclave está formado por tierras calatravas de origen volcánico, son muy ricas en nutrientes y eso es bastante beneficioso para el cultivo de los olivos.
Una de las máximas de esta empresa es que ellos no compran otro tipo de aceitunas, todo su producto lo sacan de sus cosechas. Pretenden que el consumidor sea capaz de reconocer en sabor y olor su aceite.
"Nosotros no compramos aceite ni aceituna de nadie, a pesar de que llevamos dos años de cosechas muy malas en España. Todo procede de las aceitunas de nuestra propia finca", apunta Rubio. "Así tienes el control de tu materia prima y del producto, por lo tanto, consigues mantener durante todos los años un standard de sabor y de calidad".
Según el responsable de la empresa, "eso es lo que hace que seas reconocido por el consumidor. Como el vino. Si compráramos aceite de otro o aceitunas de otros olivares o almazaras no podríamos llegar a mantener el sabor".
Otro de los trucos es tener la almazara junto al olivar. De esa manera, la uva llega prácticamente intacta al lugar donde se producirá el aceite, en un tiempo mínimo.
Uno de los aspectos llamativos de Olivapalacios es que apostaron por un tipo de olivar que no es común en la zona: el Picual. La variedad aceitunera propia de esta zona de Castilla-La Mancha es la cornicabra, pero los Mora decidieron, como se reflejaba anteriormente, apostar por un producto diferenciado, centrado en hacer justo el aceite que ellos querían sin compararse a los demás.
El motivo principal de elegir Picual es que tiene un sabor más duradero. La clave final para tener este buen aceite y mantener también ese sabor es la recolección temprana.