"¿Qué costaría poner unas pegatinas en los nuevos autobuses urbanos con la leyenda 'Katangas de Toledo'? Todo el mundo lo encontraría simpático, no hiere a nadie y despertaría el interés y la curiosidad de los foráneos". Esta es la reflexión que hace Eduardo Sánchez Butragueño, director general de la Real Fundación Toledo y autor de 'Toledo Olvidado' en la última entrada que ha publicado en su exitoso blog sobre fotografía histórica, dedicada precisamente a los primeros katangas que circularon por las calles toledanas.
Sanchez Butragueño, en resumen, propone es que el Ayuntamiento de la capital castellano-manchega impulse que los autobuses urbanos de la ciudad vuelvan a ser conocidos como antaño: los katangas. Y es que, tal y como recuerda, el conflicto bélico desatado en el Congo a comienzos de los años 60 "determinó el nombre de lo que era una novedad por entonces en Toledo: los autobuses urbanos, que habían empezado a funcionar en diciembre de 1960".
"Aquella guerra tuvo a la región de Katanga como uno de sus focos de mayor conflictividad, llegándose a proclamar su independencia de la República Democrática del Congo. Los toledanos comenzaron a llamar katangas, sin que nadie sepa quién fue el que comenzó a hacerlo, a aquellos primeros autobuses urbanos que empezaron a circular en la ciudad para unir con la ciudad histórica las nuevas barriadas que se estaban construyendo y creciendo con rapidez, como eran Los Bloques de la Avenida de la Reconquista, Palomarejos o Santa Bárbara", recuerda Sánchez Butragueño en su blog.
Una curiosa denominación que solo se daba en Toledo y que se mantiene hasta nuestros días, aunque cada vez es utilizada con menos frecuencia y es muy desconocida por parte de las nuevas generaciones. Algo que muchos toledanos, entre ellos el director general de la Real Fundación, consideran una pérdida de originalidad.
"¿Qué diferencia a una ciudad de las demás? ¿Qué hace que un lugar escape a la progresiva homogeneización que despersonaliza todo en nuestros tiempos? Yo diría que la respuesta se resume en una palabra: autenticidad", argumenta Sánchez Butragueño tratando de impulsar la denominación oficial de los autobuses urbanos de Toledo como katangas.
"Creo que sería bonito que no se perdiera esta denominación tan curiosa, este localismo con raíces históricas tan peculiares, y que desde los poderes públicos se hiciera algún guiño a este término para fijarlo y que perdurase", afirma en ese sentido. ¿Recogerá el guante el Ayuntamiento toledano? A buen seguro que muchos vecinos de la ciudad lo verían con buenos ojos.