Julen y las responsabilidades
Sólo con pensar en el pequeño Julen atrapado en ese agujero por el que cayó -que apenas tiene 25 centímetros de diámetro y que se extiende casi 110 metros en vertical a través de la montaña- siento angustia y escalofrío. Slo con pensar en el dolor de esos padres jóvenes Victoria y José, que ya sufrieron la pérdida de otro hijo de corta edad, se te pone un nudo en el estómago difícil de explicar. No me extraña que en el vecindario marinero donde el niño correteaba hasta hace poco con su triciclo no den crédito porque la tragedia se está cebando con esta familia, que ya perdió en el 2017 a Oliver por muerte súbita. Hemos leído en los periódicos que la abuela materna, Reme, se dirigía a él, a Oliver, en su muro de Facebook el pasado domingo, cuando tuvo lugar el accidente: «Hoy te pido sólo que tu hermano salga ya. Tu hermano te necesita», afirmaba en un acto, supongo, que de fe y de desesperación.
Están siendo horas terribles, de angustia para todos, pero hay muchas preguntas que requerirán de respuestas y muchas responsabilidades que cuando, finalmente, sepamos de la suerte del pequeño se tendrán que pedir. “Muchos tuits de apoyo, muchos votos, pero medios ninguno. ¿Sabe usted lo que es llevar aquí 30 horas esperando a que saquen a tu hijo de un pozo?", afirmó José, el padre del, pequeño en una conversación con el programa de Ana Rosa y sus palabras de denuncia retumbaron en la conciencia de todos. Sería injusto no reconocer el esfuerzo de muchos, pero se ha tardado demasiado en encontrar la fórmula para buscar al pequeño del pozo de Totalan y tal vez los medios han sido insuficientes.
Sea como fuere mientras los políticos siguen enredados en los Presupuestos Generales del Estado o en la constitución del gobierno de Andalucía, el pueblo llano y soberano habla de Julen, y se indigna cuando oyen a familiares, amigos, incluso al propio alcalde de localidad donde ha ocurrido el suceso quejarse de la falta de atención y apoyo. Muchas de las dificultades para la localización y el rescate son por la compleja orografía donde esta ubicado el pozo que estaba sin cerrar y sin señalización y ahí es donde habrá que empezar a investigar. Ese pozo no es el único que hay en la zona, ni mucho menos, ni en España donde se hacen multitud de prospecciones, muchas de ellas ilegales, en busca de agua y una vez descartadas se abandonan sin ninguna medida de protección. En este caso y en otros muchos es evidente que siempre hay algún tipo de negligencia por parte de las empresas que realizan la prospección. Según dicen los expertos lo habitual cuando se hace una perforación que da resultados negativos es sellar el pozo que resulta una cosa sencilla porque o,bien se utiliza la propia tierra que se ha extraído o se ciega con piedras para evitar accidentes como este, peromuchos propietarios de fincas rústicas no lo,hacen. Claro que además hay de muchas prospecciones ilegales para las que no se piden permiso, que se hacen por cuenta propia en fincas particulares, cosa que debería de estar ya no solo totalmente prohibida, que lo está, sino perseguida y multada con sanciones ejemplares, porque dejar pozos abiertos es una temeridad y una imprudencia. El problema es que sólo nos acordamos de ello cuando ocurren sucesos terribles como ha pasado con Julen.
Ahora lo prioritario es encontrar al pequeño, cuyo rescate nos tiene en vilo a todos y luego... hay que depurar responsabilidades y las hay de todo tipo. Esto de “prevenir antes que lamentar” es algo que cuadra poco con nuestra cultura y eso es una desgracia.