El alcalde más apasionado de Castilla-La Mancha, con una tarea difícil y un año por delante muy esperanzador
Talavera es probablemente la ciudad más compleja de Castilla-La Mancha y la que lo tiene más difícil, pero a la vez se está convirtiendo en la más combativa y apasionada de sí misma. La crisis iniciada en España en el año 2007, y que tanta riqueza y empleo destruyó, supuso un fuerte impacto negativo para una sociedad talaverana que ya arrastraba de forma histórica una peor situación que el resto de Castilla-La Mancha y que se vio sorprendida por una nueva embestida que provocó muchos problemas. Los últimos años han sido muy difíciles para Talavera y se han cerrado muchos negocios y perdido población, pero desde hace ya unos cuantos meses se está notando un evidente movimiento económico y social que lleva a muchos talaveranos a albergar nuevas esperanzas y pensar que la situación puede remontar. El casco histórico se encuentra en plena ebullición, con muchos negocios abiertos y una ruta hostelera y gastronómica muy interesante; las grúas se está volviendo a ver por la ciudad y vuelve a construirse, y vienen meses por delante en los que pueden cuajar una serie de proyectos importantes que darían un nuevo empuje a Talavera.
El tiempo que llega parece esperanzador, aunque eso no significa que los movimientos locales de protesta vayan a desaparecer o tengan que quedarse sin trabajo, más bien al contrario: pueden seguir siendo un empuje para el desarrollo local. El reivindicativo alcalde talaverano, Jaime Ramos, considerado un "verso suelto" en el PP, ha repasado recientemente en un encuentro con periodistas el estado de la ciudad y ha hecho recuento de algunas de los principales "batallas" que Talavera puede ganar en los próximos meses: segunda fase del polígono industrial de Torrehierro, construcción del sexto Juzgado, reactivación de las obras del AVE, plataforma logística y el ya confirmado, junto a Segovia, desarrollo pionero de la tecnología 5G en España, iniciativas que pueden unirse a la próxima declaración del casco antiguo como Conjunto Histórico, la inclusión de la cerámica de Talavera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco y las inversiones de los 10 millones de euros confirmados ya por el Estado de los fondos Edusi que servirán para proyectos de desarrollo urbano sostenible e integrado. Por poner un ejemplo relevante y significativo del cambio de tendencia hacia mejor: después de 44 años se ha rehabilitado la iglesia de San Prudencio o Santa Catalina, y todo con dinero privado, una joya del patrimonio histórico local que luce ya esplendorosa y que es un nuevo orgullo para la ciudad.
Talavera sigue teniendo importantes problemas, sobre todo en materia de empleo y desarrollo industrial, pero hay un revulsivo esperanzador que apunta en buena dirección. Actualmente la ciudad tiene un total de 84.000 habitantes y se han perdido muchos en los últimos años, pero hace sólo un año había 700 habitantes menos y 700 parados más y parece, por tanto, que la tendencia está cambiando para bien: hay más habitantes censados y menos desempleados. Los parados de la ciudad actualmente no llegan a los 11.000. Se está notando un cierto impulso que el alcalde Ramos se muestra convencido de que supondrá la llegada de un tiempo nuevo y mejor para Talavera: un tiempo de recuperación en todos los sentidos que dejará buenas noticias y que el alcalde explica de forma tan convencida y voluntarista como apasionada. Algo se mueve en la ciudad más compleja de Castilla-La Mancha y las esperanzas empiezan a ser fundadas. Lo veremos. Queremos que el optimismo de Jaime Ramos se convierta muy pronto en realidad.