El pasado 23 de marzo había en Castilla-La Mancha 103 residencias de ancianos con personas contagiadas por coronavirus. Ayer lunes, 30 de marzo, eran ya 215. Una verdadera tragedia porque eso supone que la mitad de las residencias de mayores de nuestra Comunidad están afectadas por el Covid-19. Un dato espeluznante teniendo en cuenta que cuando el virus entra en uno de estos centros hace estragos.

Fue precisamente en Castilla-La Mancha donde se conoció uno de los primeros casos de muertes masivas en residencias de la tercera edad. Ocurrió en Tomelloso. Allí se descubrió que habían muerto 16 residentes en apenas 48 horas. Paralelamente se anunciaba la muerte de otros siete mayores en una residencia de Albacete. Entonces los centros afectados no pasaban de 30. Ahora son más de 200 los contagiados, de las alrededor de 400 que hay en Castilla-La Mancha.

Este lunes el número de residentes positivos por Covid-19 ha sido de 537 y el de fallecidos 236, una cifra escalofriante que no va a parar aquí con toda seguridad. La situación en residencias de La Mancha es trágica, pero no es mucho mejor en otras zonas de la región.

Es este ensañamiento del coronavirus con las residencias de la tercera edad lo que contribuye a que Castilla-La Mancha se encuentre a la cabeza de España en número de fallecidos en relación con el número de habitantes. Las residencias por sí solas han generado una tercera parte del total de fallecidos en nuestra Comunidad, pese a que en el cómputo de los contagiados las residencias apenas suponen el 10 por ciento.

Eso explica también en parte que Castilla-La Mancha esté junto a Madrid a la cabeza de fallecidos por número de habitantes. De hecho, la mortalidad per capita en nuestra Comunidad es 10 veces superior a la de Andalucía, con una población 4 veces menor.