Pablosky ha llegado a un acuerdo con los sindicatos para flexibilizar su plantilla tras el estallido de la pandemia del coronavirus que ha propiciado una campaña casi perdida y con la recta final del año todavía en el aire. La empresa ha pactado convertir en fijos discontinuos a la totalidad de su plantilla de su fábrica de Fuensalida (Toledo), donde emplea en total a 262 personas.
El acuerdo, suscrito por UGT-Fica, tiene fecha de caducidad: la empresa se ha comprometido a volver a convertir en fijas a toda la plantilla el 1 de enero de 2023, respetando la antigüedad y las condiciones actuales. El cambio afectará a 170 personas.El resto de la plantilla de la compañía, 92 trabajadores, eran ya fijos discontinuos.
La empresa especializada en calzado infantil llevaba desde julio negociando con los sindicatos. El acuerdo alcanzado permitirá evitar los despidos contemplados inicialmente y dará a la compañía flexibilidad para adaptarse a la evolución económica. Según datos de la Seguridad Social, la industria de la moda ha destruido 10.774 empleos desde febrero.
El sector más afectado ha sido el cuero y el calzado, en el que opera Pablosky, con 8.001 afiliados menos desde que estalló la pandemia. El textil de cabecera, en cambio, apenas ha perdido 500 trabajadores, mientras que la confección ha destruido 2.260 puestos de trabajo.
Los orígenes de Pablosky se remontan a 1969, cuando Juan Pablo Martín Caro fabricó su primer par de zapatos en Fuensalida. La empresa comenzó su actividad fabricando para terceros antes de lanzar su marca propia. Actualmente, Pablosky produce más de 2,3 millones de zapatos al año y diseña más de mil referencias por temporada.