El rey Melchor de la Cabalgata de Toledo se parecía muchísimo a un presentador de la televisión
Miles de toledanos de todas las edades, especialmente aquellas familias con niños, se echaron a las calles el pasado domingo 5 de enero para encontrarse cargados de ilusión con los Reyes Magos durante la tradicional Cabalgata.
El Ayuntamiento de Toledo se la jugó convencido de que preservar la tradición era la mejor opción y mantuvo el desfile en el horario previsto, las 18.30 horas de la tarde. Pese a que las previsiones marcaban lluvia, finalmente, no cayó ni una sola gota y todo salió a pedir de boca.
Este año, entre los asistentes más observadores el comentario generalizado fue el gran parecido del rey Melchor con un conocido periodista de CMM, la televisión pública castellano-manchega.
Si no fuese por las características barba y melena blancas de Melchor, parte del público podría haber jurado que se trataba del mismísimo José Francisco Martínez, presentador de los informativos del fin de semana de CMM.
Baltasar, el más entregado
Pero, un año más, este 2025 el rey Mago más entregado en la Cabalgata de Toledo fue Baltasar, que no dejó de lanzar caramelos, saludos y besos a mayores y pequeños.
De vez en cuando, incluso hacía el cariñoso gesto del corazón uniendo los dedos pulgares e índices de sus manos. Se nota que su trabajo le apasiona y que ya son bastantes años los que lleva visitando la ciudad y animando la cabalgata.
En su caso, muchos de los presentes también le encontraron un gran parecido físico con Gani Olaniyan, muy querido en la ciudad, donde encontró el cariño de todos después de ser atropellado gravemente por un vehículo que se dio a la fuga en las inmediaciones del estadio municipal Salto del Caballo.
Eso ocurrió en 2008, cuando Gani era solo un chaval de 16 años que formaba parte de la cantera del Club Deportivo Toledo. Cuando se recuperó de sus lesiones, comenzó a ser una de las piezas claves del día con más magia del año en la ciudad.
El que desconcertó a todos fue Gaspar, al que su poblada barba marrón y su larga cabellera dieron un aire absolutamente enigmático. Si alguien le tuviese que haber sustituido, el Ayuntamiento podría haber elegido a un vecino anónimo al que le hiciese especial ilusión participar en la cabalgata.