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Región UN NUEVO CRUCE DE DECLARACIONES ATIZA LA POLÉMICA EN TORNO AL TRASVASE TAJO-SEGURA

El Pacto Nacional del Agua, la lenta esperanza a la que todos se aferran con el trasvase del Tajo en el punto de mira

30 julio, 2017 00:00

Cuatro décadas después el trasvase del Tajo al Segura sigue enfrentando a españoles contra españoles. A Castilla-La Mancha con Murcia y todo el Levante, y viceversa. A unos territorios contra otros. Una eterna e insostenible guerra del agua que, pese a algunos intentos en el pasado de ofrecer soluciones globales y consensuadas, sigue siendo en este 2017 un motivo de peleas y enfrentamientos que nos deja a todos en evidencia. Este fin de semana, y después de una intensa semana antitrasvasista del Gobierno de Castilla-La Mancha a cuenta de la reunión de la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, con la consejera de Fomento, Agustina García, desde Murcia se ha tomado nota y se ha reaccionado con notable fuerza reivindicativa a favor del trasvase.

El presidente de Murcia, el popular Fernando López Miras, y el presidente de los regantes del trasvase, Lucas Jiménez, han defendido su derecho a recibir el agua del Tajo con la misma pasión con la que el presidente castellano-manchego, el socialista Emiliano García-Page, reclama su propio derecho a  disponer de ese recurso escaso para los castellano-manchegos.

Mientras el Ejecutivo de Page reclama "trasvases cero" al Gobierno de Mariano Rajoy, los murcianos consideran esta postura como una "locura astronómica", en palabras de Lucas Jiménez y creen que recibir en el Levante el agua del Tajo es imprescindible. "Soy trasvasista, es irrenunciable", expresó el propio López Miras el pasado viernes en un acto público, desafiando a Castilla-La Mancha y dejando en evidencia una vez más las profundas diferencias que existen en torno a la batalla por el agua en España.

Agua y cisternas

Esta guerra se produce, además, en un periodo de sequía intensa en España y cuando ya existen numerosos pueblos de Castilla-La Mancha que este verano están siendo abastecidos con cisternas, pueblos como los de la cabecera del Tajo en Guadalajara, aquejados de falta de recursos y con serios problemas de abastecimiento, según venimos informando. Para ellos es una fatal paradoja que el agua del Tajo se vaya a Murcia y sus vecinos reciban el agua contada en camiones. Paralelamente a esta situación, la movilización es permanente en Castilla-La Mancha por el profundo deterioro que sufre en Tajo, especialmente a su paso por Toledo y Talavera, con una degradación tan visible como indignante que no hace más que generar un profundo malestar a la sociedad castellano-manchega, tal como EL DIGITAL viene informando. Dos vídeos recogidos recientemente en nuestro periódico alertaban, por ejemplo, de la importantísima contaminación del río en medio de la indignación general de toledanos y talaveranos.

En este contexto, el Gobierno de Rajoy, a través del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, está impulsando un gran Pacto Nacional del Agua que ponga de acuerdo a todos y acabe con estas absurdas guerras. Un acuerdo de Estado que es la esperanza de todas las partes y que tiene en el trasvase Tajo-Segura su gran objetivo y punto de mira, con toda la complejidad que conlleva esta situación. El propio García-Page está apoyando en positivo estos intentos del Gobierno central y considera bueno entablar conversaciones entre todos para dar una solución definitiva a un problema que lleva cuarenta años provocando un clima de tensión al que ya toca poner fin.

La ministra García Tejerina trabaja en esta línea, aunque muchas veces parece que con lentitud y de una forma que en Castilla-La Mancha no siempre se entiende bien. Se confía, no obstante, en que esta situación avance de forma consensuada y positiva y, al final, España pueda poner fin a esta batalla por el agua con un acuerdo entre todos. Sería un hecho histórico, por su importancia y por lo necesario y urgente que resulta.