El PSOE carga contra el PP "rancio y casposo" que se opone a su gobierno con Podemos en la región

El PSOE de Castilla-La Mancha ha criticado este jueves que el PP "más rancio y casposo" de toda España haya llevado "al ridículo" el pacto entre los socialistas y Podemos en la Comunidad Autónoma, cuando va a permitir, a través de la aprobación de los presupuestos de 2017, que continúe la recuperación de la región.

Así lo ha indicado en rueda de prensa la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Blanca Fernández, quien ha lamentado que la "misión" del PP sea que no siga creciendo la hierba en Castilla-La Mancha tras su salida del Gobierno regional. "Pero va a hacerlo y se va a continuar con la reconstrucción que se inició hace dos años".

"El PP no entiende cómo Page, con el mismo dinero que tenía Cospedal, es capaz de luchar contra a pobreza, apostar por la dependencia o hacer planes de empleo, al mismo tiempo pagar la deuda y cumple con el déficit", ha indicado, para añadir que "eso es lo que tiene de los nervios a los radicales del PP".

Fernández, tras volver a poner en valor los presupuestos regionales de este año y lamentar que se tengan que dedicar 3 millones de euros al día a pagar la deuda que dejó María Dolores de Cospedal, ha dicho a los 'populares' que "dos de cada tres" ciudadanos de la región "votaron en contra de Cospedal" y que "la aritmética parlamentaria ha permitido que se marche, a pesar de que competíamos con un PP dopado".

También ha mostrado su sorpresa por el hecho de que el PP se preocupe ahora por los desempleados de la región, cuando la tasa de desempleo subió en cinco puntos cuando gobernaron y ha agregado que la anterior presidenta regional gastaba la legislatura pasada la misma cantidad en pagar a asesores que ayudas de emergencia social, 7 millones de euros.

"Cuando hablan de asesores vuelvo a repetir que mienten en el PP porque los tres grupos tenemos el mismo número de asesores", ha indicado la portavoz socialista, que también ha dicho a los 'populares' que Castilla-La Mancha fue "un laboratorio de los recortes que dirigió Copedal para contentar a sus jefes".