Premio extraordinario para estos cuatro talentos en la Universidad de Castilla-La Mancha
La Comisión Permanente de la Escuela Internacional de Doctorado de la Universidad de Castilla-La Mancha ha concedido los Premios Extraordinarios de Doctorado del curso académico 2016/17, que se corresponden con las ramas de conocimiento: Artes y Humanidades, Ciencias, Ciencias de la Salud e Ingeniería y Arquitectura.
De esta forma, en Artes y Humanidades ha resultado premiado Emilio Redondo Carrero por su tesis: “Las migraciones transoceánicas en la posguerra mundial. España, Argentina y CIME (1946-1962)”, dirigida por Elda González Martínez, profesora de investigación del CSIC. Una revisión ha sido recientemente publicada en libro bajo el nombre de: “Migrantes y refugiados en la posguerra mundial”. A lo largo de este trabajo, el doctorando indaga en los orígenes del régimen migratorio internacional actual, a través del estudio del Comité Intergubernamental para las Migraciones Europeas (CIME), organismo creado en 1951 para resolver los problemas de población causados por la Segunda Guerra Mundial. “Dentro de este marco general, analizo con mayor detenimiento la emigración española hacia Argentina durante esos años, y aprovecho asimismo para abordar cuestiones relacionadas, como las políticas del franquismo y del peronismo, el intervencionismo estadounidense durante la Guerra Fría o el desarrollismo económico de la CEPAL”, indica.
El segundo reconocido ha sido Mario Gutiérrez Tovar, en la rama de Ciencias, por su tesis: “Dynamics of Proton, Charge & Energy Transfers in Solutions and Within Metal-Organic Frameworks: Toward Sensing and Nanophotonic Applications”, en la que el doctorando de la UCLM realiza un estudio fotofísico de una serie de materiales híbridos conocidos como redes órgano-metálicas (Metal-Organic Frameworks). Gracias a este estudio, se ha demostrado cómo estos materiales pueden ser empleados como fotocatalizadores, sensores de explosivos o en tecnologías avanzadas como dispositivos LED. Dicho trabajo se ha desarrollado bajo la dirección del profesor Abderrazzak Douhal.
En el área de Ciencias de la Salud la premiada ha sido la doctoranda Esther Ubago Guisado por su trabajo. “Composición corporal y su relación con la práctica deportiva, la superficie de juego y la condición física en edad pediátrica”, dirigido por Leonor Gallardo Guerrero, directora del Grupo IGOID y Javier Sánchez Sánchez, investigador del Grupo.
Los resultados de este trabajo “tienen una clara utilidad para el mundo científico y la sociedad, a través de la promoción de la práctica deportiva desde las primeras etapas de la vida, con el fin de prevenir futuras enfermedades”, tal y como señala la premiada, quien añade que la participación deportiva regular durante la etapa de desarrollo, disminuye el riesgo de obesidad al reducir la masa grasa y el riesgo de sarcopenia al aumentar la masa muscular. Además, sostiene que la actividad física aumenta la adquisición de masa ósea durante el crecimiento y actúa como método de prevención de la osteoporosis en la edad adulta. Finalmente, se enfoca una nueva perspectiva que propone que, además del tipo de deporte practicado, la superficie deportiva influye en el desarrollo de la masa ósea. Este estudio es el primero que analiza la asociación entre las propiedades de la superficie de juego y la masa ósea en niñas, lo que abre una nueva línea de investigación para futuros estudios en población pediátrica.
Por último, el doctorado reconocido en la rama de Ingeniería y Arquitectura ha sido Antonio José Expósito Serrano, cuya tesis: "Intensification of Photocatalytic Degradation Processes in Aqueous Effluents” se focaliza en la eliminación de contaminantes orgánicos presentes en efluentes industriales que no pueden ser totalmente degradados mediante los procesos biológicos utilizados en las estaciones depuradoras convencionales. La misma ha estado dirigida por los profesores José María Monteagudo y Antonio Durán del grupo IMAES. “En esta investigación se encontraron las condiciones óptimas que permitían mejorar el rendimiento de tecnologías centradas en fotocatálisis. Así, se intensificaron los procesos basados en radiación solar para destruir los compuestos tóxicos, mediante el uso ultrasonidos, agentes químicos que favorecen la reacción y nuevos tipos de reactores”, afirma el doctorando.