Digital Castilla

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Región 'PAZ, AMOR Y DEATH METAL'

El castellano-manchego que sobrevivió al atentado de París cuenta su relato de supervivencia

23 octubre, 2018 17:23

Ramón González (Daimiel, Ciudad Real) debuta en la novela con el relato de su supervivencia en la sala Bataclán tras el atentado terrorista del 13 de noviembre de 2015 y los meses posteriores de "estabilización, más que de curación", en 'Paz, amor y death metal' (Tusquets).

"No sé si superar es la palabra que mejor define este proceso postraumático, yo creo que se consigue como mucho dejar a un lado todo y seguir adelante. Eso sí, gracias a la escritura he puesto una distancia enorme con aquella noche, hasta el punto de que a veces me parece una historia de película, como que no he sido yo", ha señalado en una entrevista con Europa Press el autor.

Durante más de dos años, este castellano-manchego afincado en París escribió en paralelo a su "duelo" por el atentado --al principio, casi en "escritura automática", luego con "conciencia de una novela"-- todo lo que ocurrió en su vida a partir del día fatídico en que tres terroristas entraron a disparar contra los asistentes a un concierto de Eagles of Death Metal.

González cuenta todo, desde el relato del atentado hasta los días siguientes en que recibe asistencia psicológica; su relación con su pareja (también presente en la sala) y cómo debe afrontar el día a día, tanto en el trabajo como en sus relaciones con familiares y amigos.

"Siempre se habla del 13 de noviembre pero yo quería poner el foco en el post atentado, mostrar lo que pasa cuando se quita el foco: uno tiene que relacionarse, parece que te empujan a ello, pero hasta pasear deja de parecerte normal", ha explicado el autor, quien en el primer año después del ataque no dejaba de buscar las salidas de emergencia de los sitios cerrados a los que iba.

¿Quién es el culpable?

El escritor opta por no buscar culpables de lo que pasó, tanto en su relato como en su vida personal. "Es más una petición externa por comentarios que llegan y preguntas de otras personas que por uno mismo. Pero es que yo nunca presté atención a este tipo de sucesos e incluso cuando me sucedió a mi, fue igual: simplemente me pareció algo sumamente irracional", ha señalado.

"Todo el mundo quería que diese una opinión, pero yo sentía que no tenía nada que ver conmigo", ha reconocido González, quien no obstante reconoce que quizás la solución "sería el ir a la raíz de las cosas". "Pero da igual, porque no puedo ser completamente racional en este tema: me cuesta mucho entender a esa gente que hizo lo que hizo en Bataclán", ha indicado.

Volver a Bataclán

En esta novela González habla sin tapujos de cómo actuó en la sala durante el atentado para salvarse, "algo que no tuvo nada de heroico". "Yo tenía que ser sincero, no podía decir que fui un héroe cuando no fue así. Tuve instinto de supervivencia y de alejarme lo máximo posible de los disparos: cuando el instinto manda, es complicado que haya heroicidad", ha afirmado.

Apasionado de la música, González ha resaltado que ahora ya casi no va a conciertos --"apenas dos o tres al año"-- y que aún queda una 'cuenta pendiente' con Bataclán. "No soy de símbolos ni de pensar que si voy, eso queda cerrado. Pero tengo una especie de deuda con Bataclán y si va algún grupo que me gusta, intentaré ir", ha asegurado.

A día de hoy ya tiene en mente un segundo libro, aunque éste "será más global" y hablará de la vida en París y en Francia. "París es una ciudad en la que se nota mucha soledad, la gente está como perdida, y a eso se suma que hay muchas cosas metidas ahí, como las diferentes religiones: hay algo que en un momento puede estallar", ha concluido.