FOTO: Europa Press

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Región ASAMBLEA GENERAL DEL GRUPO DE CIUDADES PATRIMONIO

Las Ciudades Patrimonio prefieren la educación a la videovigilancia para evitar el vandalismo

24 marzo, 2019 08:31

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha subrayado que Compostela ya es una de las dos Ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas que posee videovigilancia y ha descartado convertir el casco histórico en un 'Gran Hermano', mientras que el presidente del Grupo Ciudades Patrimonio, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, ha insistido en que Santiago no es la única ciudad que ha sufrido en el último año ataques a su patrimonio y ha asegurado que la organización pretende combatirlo a través de la educación.

En la rueda de prensa posterior a la Asamblea General del Grupo de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, que se ha celebrado en la capital gallega este sábado, Noriega ha destacado que Santiago, con 30 cámaras, es el ayuntamiento más videovigilado de este colectivo de 15 urbes. "Tan sólo dos ciudades del grupo, Salamanca y Santiago, tienen un sistema más allá del de tráfico. Eso es representativo de determinadas dinámicas que a veces compras como marco de normalidad y luego cuando socializas con el resto de los ayuntamientos ves que no es lo normal", ha reprochado el alcalde compostelano.

En este sentido, ha reiterado que Santiago es la ciudad de todo el grupo "con mayor red de videovigilancia", por lo que ha asegurado que el Gobierno local está "centrado en mejorarla" y no "en abrir nuevos debates de convertir la ciudad en un Gran Hermano". Todo esto tras la polémica surgida a raíz de las pintadas que sufrió la Catedral de Santiago de Compostela la semana pasada, cuando parte de la oposición en el ayuntamiento e incluso la Xunta de Galicia pidió más videovigilancia para impedir que estos actos vandálicos se repitan.

Ciudades Patrimonio

De esta forma, el regidor de Mérida, Antonio Rodríguez, ha destacado que este tipo de problemas "se resuelven con educación y no con vigilancia", por lo que ha subrayado el programa de control y el servicio de "reparación del daño" que tiene la capital extremeña. "Si todos los programas que se van a poner en marcha frente a las agresiones al patrimonio son medidas exclusivamente coercitivas no se soluciona el problema de raíz. La raíz del problema es un problema de educación y civismo. Ahí estaría la solución", ha sentenciado.