Tres detenidos y un investigado en Castilla-La Mancha y otras regiones por estafas multimillonarias a empresas
Tres personas han sido detenidas y una cuarta se encuentra bajo investigación, algunas con residencia en Castilla-La Mancha, por una presunta estafa de 10,7 millones de euros a una docena de empresas extranjeras mediante diversos fraudes informáticos, ha informado la Guardia Civil.
La operación bautizada "Lavanco" comenzó en 2016 en el municipio lucense de Sarria y, desde entonces, fue dirigida por la Comandancia de la Guardia Civil de Lugo, con la colaboración de Europol, la alemana BKA, el estadounidense FBI e Interpol.
El método utilizado por la banda es el denominado “fraude al CEO” o “estafa BEC -Business Email Compromise-”, explican fuentes de la Guardia Civil, de modo que suplantaban la identidad de directivos de las empresas afectadas para controlar sus cuentas de correo electrónico.
Posteriormente, solicitaban transferencias a los bancos con los que esas empresas suelen trabajar y el dinero acababa repartido en diferentes cuentas de la organización.
Empresas víctimas
Entre las empresas víctimas de esos ciberdelitos hay sociedades con sede en Bélgica, Venezuela, Bulgaria, Noruega, Estados Unidos, Alemania, Luxemburgo, Portugal, Chile o el Reino Unido. Para dar mayor credibilidad al engaño, los ciberestafadores adjuntaban a los correos enviados facturas pro-forma en las que figuraban el membrete de las empresas emisoras.
Los detenidos, residentes en Sevilla, Cuenca, Tarragona y Albacete, de edades comprendidas entre 34 y 67 años de edad, han sido puestos a disposición judicial por supuesta pertenencia a organización criminal, estafa continuada, blanqueo de capitales, descubrimiento y revelación de secretos, falsedad documental y usurpación de estado civil.
Para blanquear el dinero, la organización había creado un complejo entramado financiero y empresarial hasta el punto de que los investigadores llegaron a identificar un total de 83 sociedades y 185 cuentas bancarias relacionadas con esta estafa.
Para evitar su detección los estafadores hacía circular el dinero de una cuenta a otra y blanqueaba sus beneficios de forma directa mediante la venta de inmuebles. Hasta el momento, la Guardia Civil ha podido recuperar casi 1,3 millones de euros repartidos en 16 cuentas de la banda, que ya han sido bloqueadas.