Había un objetivo y no se ha cumplido. Hay que ser francos. Ni Castilla-La Mancha ni España podrán disfrutar de unas navidades tranquilas porque no han cumplido con la meta que se habían fijado desde el Ejecutivo central para que las medidas se pudieran relajar. No se ha doblegado por completo la curva de la segunda ola y se va a desembocar en la tercera con un dato que preocupa sobremanera a los expertos, la incidencia acumulada.
Este factor ha sido esgrimido como fundamental para controlar la epidemia tanto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, o por el coordinador de emergencias sanitarias, Fernando Simón. En sus múltiples intervenciones han hecho hincapié en la necesidad de rebajar la incidencia acumulada a catorce días a una horquilla entre 25 y 50 casos por cada 100.000 habitantes. Por ello, en plena segunda ola en el mes de noviembre, se reforzaron las restricciones. La meta perseguida no era otra que tener unas fiestas de Navidad con la pandemia bien sujeta y que la tercera, que se espera tras ellas, no sea especialmente dura con España.
Pues la cruda realidad le ha dado otro bofetón al Gobierno, cuyas medidas no han sido suficientes en un escenario en el que a día de hoy se contempla una incidencia acumulada de 214 casos por cada 100.000 habitantes. Se pretendía estar en el nivel 1, de bajo riesgo, y sin embargo en la última semana incluso se ha ido incrementando paulatinamente -se inició con 189 casos por cada 100 habitantes-. España, por tanto, está peor que el lunes pasado.
Castilla-La Mancha, peor que la media
Si el objetivo era estar en menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes en los catorce días previos, Castilla-La Mancha se encuentra lejos de cumplirlo. De hecho, la comunidad autónoma incluso se encuentra peor que la media nacional en este factor determinante para calibrar la capacidad que tendrá la pandemia de recrudecerse.
No en vano, según los propios datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad referentes al 18 de diciembre, la región tiene una incidencia acumulada a catorce días de 261 casos por cada 100.000 habitantes. Para hacerse una idea, sólo hay otras tres regiones que se encuentran por encima de Castilla-La Mancha en esta triste carrera: Baleares (338), Madrid (276) y la Comunidad Valenciana (271).Incluso, una que se encuentra con una incidencia similar, Extremadura (267), ya ha decidido abortar su plan de Navidad, con el que pretendía relajar algunas de sus medidas.
Aunque no sirva ni tan siquiera de consuelo, lo cierto es que ninguno de los territorios autonómicos de España ha conseguido cumplir el objetivo del Gobierno. La que más se ha acercado ha vuelto a ser Canarias (129), mientras que en la península sólo se ha aproximado Andalucía (135).Ambas, eso sí, también fuera del nivel de bajo riesgo con el que se soñaba para tener una Navidad que no va a ser tan segura como se esperaba.