El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se ha reafirmado en sus declaraciones sobre el problema "ecológico y social" que suponen las macrogranjas y ha opinado que ha sido criticado ferozmente, entre otros, por socialistas como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, por su disconformidad con que Unidas Podemos esté en el Gobierno.

En una entrevista en la Sexta, ha respondido así al ser preguntado sobre la polémica que originó la difusión de una entrevista que concedió Garzón a un periódico británico en la cual criticó el modelo de las macrogranjas españolas, al señalar que exportan carne "de peor calidad", y sobre si suscribía estas afirmaciones.

En primer lugar, Garzón ha recalcado que lo que dijo sobre las macrogranjas "es impecable" y que parte de la evidencia científica, así como de los informes de la Comisión Europea que ven insuficientes los esfuerzos de España por reducir la contaminación agrícola, por lo que ha contrapuesto el valor de "la ganadería extensiva y familiar" que cree que "arraiga a la población" y que está amenazada por un modelo "altamente contaminante".

Ha reiterado que la entrevista que concedió al diario británico The Guardian "fue troceada" y "difundida" con intereses partidistas "del lobby de las macrogranjas" para construir un bulo, que ahora es aprovechado por el PP, ha apuntado, de cara a las elecciones en Castilla y León y emulando "estrategias de la extrema derecha".

La ferocidad de Page

Ha mostrado su sorpresa "por la ferocidad" en los ataques de algunos dirigentes socialistas, concretamente en referencia a Page, quien dijo sobre Garzón que "cuando el diablo no tienen nada que hacer, mata moscas con el rabo" y añadió que "se pueden decir tonterías en todos los idiomas y en todas las latitudes políticas", pero que lo importante es rectificar.

Garzón ha opinado que Page "nunca estuvo de acuerdo" con que Unidas Podemos ocupara carteras ministeriales y le ha recordado que el propio Ejecutivo en Castilla-La Mancha ha impulsado anteriormente medidas contra las macrogranjas.

Ha manifestado también que no se siente "desautorizado" por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien lamentó ayer "muchísimo" la polémica suscitada a raíz de las declaraciones del ministro de Consumo.

Garzón ha expresado que está convencido de que las actuaciones del ministerio que dirige siguen "firmemente" comprometidas con la línea de "un gobierno progresista" y ha señalado que las discrepancias en el actual Ejecutivo en coalición obedecen a que el PSOE y UP son fuerzas políticas distintas, y a eso, ha exclamado, "debemos acostumbrarnos".

Preguntado si cree que "peligra su cargo", ha respondido que no, pero que es una cuestión que no depende de él y que su deber al frente del Ministerio de Consumo es "decir la verdad" porque "sin diagnósticos certeros", no se pueden encontrar "soluciones adecuadas".