Almudena Amor es el claro ejemplo de que los sueños se cumplen. Con tan solo 27 años y con un currículum cinematográfico prácticamente en blanco, esta madrileña con raíces toledanas ha conseguido convertirse en una de las intérpretes del momento tras su debut en la gran pantalla con dos de las películas más esperadas del año: La abuela, de Paco Plaza, y El buen patrón, de Fernando León de Aranoa. Esta última, seleccionada como representante de España para los premios Oscar. Y ella, nominada a mejor actriz revelación en la próxima edición de los Goya.
"Todavía no lo he asimilado. Todo me ha ido demasiado rápido y tengo una vorágine de emociones", confiesa. Sin embargo, aunque su vida ha dado un giro de 180 grados en el último año, asegura que no se olvida de quién es. "Tengo los pies en la tierra. Vivo en el mismo piso con mis mismas amigas y sigo yendo a mi pueblo cada vez que puedo", cuenta la joven, que presume de Lagartera (Toledo) allá dónde va. "Al final, tu gente y tus raíces siempre van a estar ahí. Todo este éxito es gracias a mi recorrido y a los que siempre han confiado en mí".
Estudió Publicidad y trabajó como modelo
Almudena empezó a hacer teatro en el instituto con 15 años y, aunque a los 18 se planteó estudiar interpretación, finalmente se decantó por Publicidad. "No tenía ningún referente cercano que se dedicara al arte y lo veía como una profesión imposible. Cuando desde pequeña te repiten que es muy difícil vivir de ello, te lo acabas creyendo", explica la joven, que decidió compaginar la carrera con un trabajo como modelo "para ganar un dinerillo".
"Empecé a hacer contenido audiovisual delante de la cámara y me di cuenta de que se me daban bien los rodajes. Me llamaban de muchos sitios", recuerda. A los 22, consciente de que ser publicista no le llenaba, decidió dejarlo todo y empezó con la interpretación. "No me veía metida en una agencia toda mi vida. Me sentía oprimida y sabía que no iba a ser feliz. Tenía que darme la oportunidad de intentar lo que realmente me apasionaba".
En ese momento, Almudena empezó a estudiar interpretación y estuvo formándose en diferentes escuelas durante cuatro años. Poco antes de la pandemia rodó Millones de años, un cortometraje de Gonzaga Manso en el que la vio su actual representante. "Le gustó, quedamos y empezamos a trabajar juntas. A la semana llegó el casting de Paco Plaza y a raíz de ahí la peli de El buen patrón. Creo que fue el destino", dice.
Para la actriz ambas películas han sido "una oportunidad increíble". "En La abuela llevo todo el peso y eso es como hacerte ocho másters en las mejores escuelas. No podía haberme imaginado una forma mejor de empezar", relata. De El buen patrón, donde ha trabajado con grandes actores del panorama nacional como Javier Bardem, destaca el gran trabajo en equipo y todo lo que ha aprendido de sus compañeros. "He logrado hacer lo que me apasiona y encima me pagan. Es un sueño", reconoce entre risas.
Y es que la madrileña tiene motivos para estar orgullosa de su trabajo. El día de las nominaciones a los premios Goya, El buen patrón sonó hasta en 20 ocasiones, batiendo el récord histórico de candidaturas logradas por una película. Por primera vez en las 36 ediciones de los premios que concede la Academia de Cine, ocho intérpretes de una misma película lograron una nominación. Almudena Amor, la de mejor actriz revelación.
"Me gusta entender otros mundos"
Almudena reconoce que lo más le gusta del cine es "el trabajo en equipo" y ponerse "en el lugar de otros". "Me lo paso genial siendo un personaje y entendiendo otros mundos. Me ayuda a empatizar", explica. Además, considera que las películas son la mejor herramienta para que las personas conzcan "otras realidades" y puedan "reflexionar sobre ellas". "Me reconforta mucho que la gente pase un buen rato conmigo. Me hace feliz que salgan del cine contentos". Sin embargo, es consciente de que "la profesión no está valorada".
"En España, las profesiones relacionadas con el arte no están incentivadas y se apoyan muy poco. Hay muy pocas ayudas y es difícil tomar la decisión de dedicarte a ello. Al final, todo el mundo busca una mínima estabilidad para vivir bien y hay que reconocer que es difícil poder vivir de esta profesión", señala. Aun así, es partidaria de perseguir los sueños y piensa que "si cuidas tu camino y a la gente que está a tu alrededor, las cosas que te llegan suelen ser bonitas". Eso sí, "hay que saber adaptarse y estar abierto a las oportunidades que te vaya ofreciendo la vida".
Orgullosa de su pueblo, Lagartera
Aunque Almudena nació en Madrid, siempre ha estado muy unida al pueblo de su familia materna, Lagartera (Toledo). De hecho, admite que durante este último año está yendo mucho más porque le ayuda a conectar con sus raíces y con las personas que le han visto crecer. "El pueblo es el pueblo. Me hace sentirme muy bien estar allí, pasear, descansar y ver a mi gente. Me apoyo mucho en eso".
"Al final Madrid es una ciudad muy grande y a veces te pierdes un poco. Así que ahora mismo, con tantos estímulos, agradezco mucho ir a Lagartera y desconectar. Tu tierra y tu familia siempre van a estar ahí y cuanto más unido estés a ello, mejor. Es de donde vengo y donde he crecido y eso ha ido dando sentido a la persona que soy hoy en día", relata.
Además, reconoce que poder compartir el éxito con la gente "de toda la vida" le hace "el doble de feliz". "A mí me hace muchísima ilusión que mis vecinas estén contentas, que me digan que me han visto en la televisión… Allí están súper orgullosos y eso aún le da más sentido a todo".
"Mi sueño es ser feliz"
Después de dejar todo para ser actriz y llegar a lo más alto, Almudena asegura que a partir de ahora su único sueño es "ser feliz y estar a gusto en la vida". "Me ecantaría seguir dedicándome a esto, viajar y conocer personas que me enriquezcan. Sinceramente, creo que mi sueño es seguir participando en proyectos que me ayuden a entender mejor la vida y aprender de ella", sostiene. "De momento, ya hay cosas en marcha, pero todavía no puedo decir nada", concluye riendo.