Paco Núñez, el jefazo del PP de Castilla-La Mancha, ha salido en modo “euforia” del congreso de Alberto Núñez Feijóo, pero me parece a mí que no es para tanto. Menos lobos. Es verdad que tiene pinta de que Feijóo está más cerca de la Moncloa de lo que parecía Pablo Casado en su momento, y también es verdad que Castilla-La Mancha ha quedado bien representada en la nueva dirección nacional del PP, con Carmen Navarro, Ana Guarinos y algún destacado nombre más, pero de ahí a tenerlo ya todo ganado dista aún media galaxia, por lo menos. Paconúñez es un tío impulsivo y lanzado, tan voluntarista como tesonero, pero darle la vuelta a la tortilla y derrotar a Emiliano García-Page en la Junta requiere algo más que un congreso sevillano y colorista, aunque sea por aclamación. El camino todavía es muy largo.

Mi sorpresa favorita de este cónclave ha sido el nombramiento en el equipo de Feijóo de la diputada albaceteña Carmen Navarro como vicesecretaria de Asuntos Sociales, un puesto que le viene como anillo al dedo y que tendrá mayor proyección en el futuro. Ya lo verán, apúntenlo: Carmen Navarro es una mujer de gran valía personal y profesional, seria, inteligente, trabajadora, y de gran eficacia en su responsabilidad política, y esos son valores que Feijóo habrá tenido en cuenta para colocarla tan alto en su comité de mando. Dicen que José María Aznar anda por el medio, pero no sé yo. El prestigio y el reconocimiento cuentan, y Carmen los tiene. Una personalidad política al alza en Castilla-La Mancha a la que no hay que perder de vista. Y Paco Núñez lo sabe: enhorabuena a ambos.

El otro runrún castellano-manchego del congreso tiene nombre propio famosete: Adolfo Suárez Illana, excandidato a la Presidencia de la Junta en los tiempos gloriosos de Pepe Bono y ahora cada día más amigo de Paco Núñez. Al parecer. No ha pasado desapercibida para casi nadie en la nutrida delegación castellano-manchega la “conexión” de Suárez Illana con Núñez, incluida la cena “de proximidad” del viernes en el Hotel Silken Al-Ándalus, donde se vio que ahí existe una buena sintonía. Tal vez haya jugándose alguna partida interesante entre ambos, o es que sencillamente son amigos sin más cuerda política, pero el caso es que no es la primera vez que andan juntos por ahí y existe ya quien se pregunta, de buena fe, si esta amistad puede tener otros recorridos. ¿Volverá a ser candidato Suárez Illana por Albacete, un suponer, en alguna próxima convocatoria electoral? La pregunta es solo mía, pero la verdad no sé si en el fondo parece bien tirada. Nos iremos enterando.

Adolfo Suárez Illana con su móvil

A propósito de Suárez Illana, su foto en el congreso de Sevilla sentado con el móvil mientras todo el auditorio aplaudía en pie la intervención saliente de Pablo Casado, esa imagen en concreto, ha dado la vuelta al ruedo en todo el Partido Popular. Curiosa y llamativa, pero no quiero ir a más. Me quedo con ese acercamiento a Castilla-La Mancha, tan comentado, que es de lo que tal vez podamos encontrarnos con algún hecho futurible y tal. Así que voy dando por ganada la columna de este martes, felicito a Carmen Navarro, Ana Guarinos y al resto de los chicos por sus destacados nombramientos y mando un saludito final al bueno de Carlos Velázquez, presidente provincial del PP de Toledo, que me anda enviando recados interpuestos para ver si escribo un poco más derecho. Me cachis. Pues nada, tomo nota. Velázquez y Núñez, me parece, deben resolver su pelea a garrotazos cuanto antes porque la batalla toledana tiene a todos preocupados y ningún partido dividido gana ningunas elecciones nunca. Ellos sabrán, ambos dos.