La periodista Ana Iris Simón (31 años) se convirtió en un inesperado fenómeno editorial en 2020 con la publicación de su primer libro, 'Feria'. El secreto de su éxito fue escribir sobre la vida de la gente común, en su caso, su propia familia, y convertir en protagonistas a millones de personas que se vieron identificadas en las páginas de la novel escritora.
Dos años después, la hija de dos carteros y nieta de feriantes y de comunistas en la clandestinidad, ha vuelto a su pueblo, Campo de Criptana (Ciudad Real), para pronunciar el pregón de las fiestas. Ana Iris, como se lee en la siguiente entrevista, mantiene firmes algunas ideas básicas que resultan más llamativas al ser pronunciadas por una persona joven.
Defiende la vida en los pueblos como alternativa a las grandes ciudades o incide en la importancia del esfuerzo para salir adelante. En clave política, no descarta que Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, pueda llegar a ser presidente del Gobierno, porque, como el mismo Alberto Núñez Feijóo, ambos tienen capacidad para atraer el voto transversal. "Ya estamos muy cansados de oír hablar de ´alerta antifascista´y de ´dictadura social comunista´, porque eso no lo vemos por ningún lado", afirma.

Cuando cumplió un año, sus padres decidieron trasladarse a Noblejas (Toledo), pero realmente se crió en Ontígola, un pequeño pueblo toledano de unos mil habitantes. Sin dejar de lado sus raíces criptanenses, la familia siempre regresaba al pueblo ciudadrealeño, pues allí seguía viviendo la mitad de su familia. Por la profesión de sus padres (carteros) y sus abuelos maternos (feriantes), a los que solía acompañar en verano, se define como una persona 'muy nómada'.  Por ello reconoce que le resulta fácil adaptarse a los cambios, ya que desde muy pequeña recorrió media España, de norte a sur. 

PREGUNTA- ¿Cómo recuerda su infancia? Si tuviera que quedarse con un momento, ¿cuál sería?

RESPUESTA- Mi infancia la recuerdo muy solitaria, pero no de una soledad triste sino como una 'introspección' que me sirvió para jugar a cosas que no hubiera hecho si hubiese tenido compañeros. Me llevó diez años con mi hermano; entonces, tardó mucho en llegar. Al vivir en un pueblo tan pequeño como Ontígola (Toledo), que tenía mil habitantes, había muy pocos niños. En esa infancia tan solitaria, pero a la vez feliz, hice cosas que ningún niño hubiese hecho. Por ejemplo, recuerdo que cuando era una cría hacía un periódico y lo iba repartiendo casa por casa. Otras veces, me escapaba a misa con las 'señoras mayores', como menciono en mi libro 'Feria'.

Al final, era una niña muy independiente que no necesitaba mucho para ser feliz. Hasta que llegó una vecina, cuando ya había nacido mi hermano y yo tenía 10 años, y por lo menos ya tenía una compañera con la que jugar. Mi vida social regresaba cada vez que volvía a Campo de Criptana para visitar a la familia. Allí tenía un montón de primos y amigos con los que jugar y salir. 

Primos de Ana Iris Simón, foto rescatada del libro 'Feria'

Primos de Ana Iris Simón, foto rescatada del libro 'Feria'

'la Ana Mari', madre de Ana Iris, de joven en la feria. Fotografía del libro 'Feria'

'la Ana Mari', madre de Ana Iris, de joven en la feria. Fotografía del libro 'Feria'

P- Ha mencionado que de pequeña solía hacer periódicos y los repartía, ¿Soñaba con ser periodista? ¿Cree que es una profesión totalmente vocacional?

R- Yo tenía claro que quería ser periodista o política lo escribí así en un diario que tiene guardado mi madre. Gracias a Dios, luego me di cuenta de que no quería ser política. Creo que el periodismo es un oficio que se aprende. Está 'muy romantizado'. Mucha gente puede pensar que se trata solo de inspiración y ya está hecho el artículo o el reportaje. Efectivamente, no es como ir a trabajar a un taller. Ni siquiera es totalmente pasar por una universidad y tener una formación reglada en la universidad. En mi opinión, lo básico es tener la suerte de estar con quien sabe, de que te enseñe, de practicar mil veces las cosas... Ósea, tiene mucho más de artesanía y de oficio que de profesión. Por ejemplo, yo la primera vez que fui a clases de escribir fue con Lorenzo Silva. Tenía 14 años. Por todo esto digo que el periodismo, escribir, no es sólo inspiración sino, más bien, entrega y mucho esfuerzo y trabajo.

P- ¿Cómo fue el momento en el que decidió estudiar periodismo? 

R- Pues dudé bastante, porque todo el mundo me decía que era un error, como a todos los estudiantes nos dicen cuando queremos estudiar algo relacionado con Humanidades. Por ello, me planteaba hacer también Educación Infantil, que era un trabajo más claro en el horizonte laboral. Pero, al final, me decidí por lo que a mí realmente me llenaba, y me salió bien. Por eso, siempre digo que mi historia es una historia de suerte porque he podido trabajar desde muy joven de lo que he estudiado.

P- ¿Fue bonita su etapa universitaria? ¿Cree que como dice la gente es la mejor etapa de la vida?

R- Fue demasiado corta. De poder dar marcha atrás ahora, la hubiera aprovechado de otra manera; hubiera aprendido incluso más, quién sabe. Fue una etapa muy bonita y trabajé durante toda la universidad en una tienda de ropa y de guía en un edificio. Por eso no pude volcarme mucho en estudiar. También, me sirvió para conocer a gente maravillosa. Creo que una de las mejores partes de la universidad es la socialización.

P- Si tuviera que quedarse con alguna anécdota de la universidad, ¿con cuál se quedaría? 

R-Me quedo con profesores maravillosos. Uno sería José Ramón Rodríguez Polo, mi profesor de Opinión Pública. Tratábamos muchos temas, entre ellos la política, que a mí me interesaba mucho. 

Lo que también ha quedado grabado en mi mente es el 15-M de 2011. En el 15-M, la gente salió a la calle con el objetivo de mostrar su descontento ante la crisis económica que empezó en 2008. Además, se buscaba una democracia más participativa, alejada del eje izquierda-derecha. 

P- Después de terminar la carrera, ¿cómo se imaginabas el futuro?

R- Pues muy negro, porque yo salí de la universidad en 2012 un año después de aquellas movilizaciones del 15-M. Recordemos que después de la crisis de 2008, las esperanzas de la juventud eran nulas, con contratos ultra precarios. Un contrato mil eurista pasó de ser un insulto a ser el objetivo de cualquiera. Yo recuerdo que mi padre me decía: "como no estudies, vas a ser mil eurista". Y luego de repente, salimos de la universidad diciendo ojalá pueda cobrar mil euros. Entonces el futuro pintaba negro. Creo que así ha sido para la mayoría de la gente de mi edad. Yo he tenido suerte. 

Padre de Ana Iris Simón, en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana. Foto del libro 'Feria'

Padre de Ana Iris Simón, en la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana. Foto del libro 'Feria'

P- ¿Cuándo entró en el mundo periodístico?

R- Conseguí unas prácticas en la revista Telva, gracias a un mensaje que envíe a Miguel Ángel Mellado, que es de mi pueblo y al que yo no conocía. Le envíe un vídeo que hice en la universidad hablando de un lugar especial para mí y obviamente hablé de Campo de Criptana. Lo vio, le gustó y me ayudó. Entonces, entré a trabajar en esa revista femenina. Entré a Telva con muchos prejuicios y ,a día de hoy, puedo afirmar que casi todo lo que sé lo aprendí de esa gran escuela. 

Después cambié a Vice porque vi un mensaje en Facebook y decidí mandar el currículum. Vice era una revista que a mí me gustaba mucho, porque era un medio juvenil donde te permitían escribir sobre política, de asuntos sociales o música, que a mí me encantaban. Aunque ya llevaba 3 años en Telva y estaba contenta decidí cambiar de trabajo porque finalmente no me llenaba escribir sobre ese tipo de temas: viajes, turismo, etc. 

P- Actualmente, ¿dónde trabaja?

R- Pues ahora estoy en la Cadena Ser, en el espacio de verano 'La Ventana'. Y también soy columnista de El País. Anteriormente, estuve de guionista en Playz, el canal digital de contenido joven de RTVE. Ahí, yo hacía un programa para jóvenes y en cuanto me quedé embarazada de mi primer hijo, cogí la baja de maternidad. Desde ese momento, preferí cuidar de mi hijo e intentar trabajar menos. 

Ana Iris posando en el patio de su abuelo

Ana Iris posando en el patio de su abuelo

P- Es madre de un niño de 1 año y está a nada de que llegue su segundo hijo ¿Cómo compagina la maternidad con su trabajo?

R- Sí, estoy embarazada de siete meses. Pues con mucha ayuda de mis padres y de mi pareja. Por eso, dejamos Ávila y nos fuimos a Aranjuez, porque ellos siguen viviendo allí. También tengo la suerte de que muchas veces, cuando viajó por trabajo, puedo llevar al bebé. 

P- Usted defiende la vida en los pueblos. Así lo dijo en su intervención en La Moncloa, invitada por Pedro Sánchez. ¿Cree que los niños que viven en el pueblo tienen futuro o deben salir fuera para labrárselo?

R- Tristemente creo que la mitad de los niños que quieran trabajar en sus pueblos por mucho que lo deseen no podrán quedarse. Tendrán que irse a trabajar a sitios donde haya más trabajo. Porque, por ejemplo, la desindustrialización que ha sufrido la Mancha, lo que ha generado es que unas generaciones enteras tengan que marcharse de aquí y no puedan trabajar en su pueblo por mucho que quieran.

Por ello, debemos aspirar a construir una sociedad y una España en la que quien quiera quedarse en su pueblo pueda vivir con un trabajo digno que le permita tener una casa, formar una familia si así lo quiere y desarrollar sus proyectos vitales. E igual en las ciudades: que quien quiera vivir en la ciudad pueda hacerlo en condiciones dignas, pagarse un alquiler o poder emprender proyectos. 

P- Bajo su punto de vista, ¿qué podrían hacer en un pueblo como Campo de Criptana y en Castilla-La Mancha para dar un salto hacia delante?

R- A ver, yo creo que se está en ello, que no tenemos que hacer mucho, porque ya hay un gran trabajo detrás por parte de nuestras instituciones y de nuestros vecinos al reivindicar quiénes somos y al cuidar nuestro patrimonio.

Lo único que pido es que tenemos que sentirnos orgullosos de nuestra actividad agrícola y de nuestras tradiciones. En vez de querer amoldarnos a las costumbres de la ciudad, debemos reivindicar las nuestras propias. Tenemos que defender nuestras casas encaladas en blanco y azul añil, nuestro habla y nuestras tradiciones. Que muchas veces nos hemos sentido avergonzados al hablar, porque siempre se ha identificado el arquetipo del manchego con el del paleto español. Pero bueno creo que gracias a Dios esto cada vez pasa menos. 

Imagen del Albaicín de Campo de Criptana

Imagen del Albaicín de Campo de Criptana Fuente: Ana Iris Simón

Estatua de El Quijote que ha recibido Ana Iris Simón como pregonera de las fiestas de Campo de Criptana.

Estatua de El Quijote que ha recibido Ana Iris Simón como pregonera de las fiestas de Campo de Criptana.

P- ¿En qué momento decidió escribir 'Feria?

R- 'Feria' fue un encargo. Y fue súper curioso. Yo estaba trabajando en Vice y empecé a hablar sobre mis raíces y mi familia 'feriante' en mi entorno de trabajo. Mi editor de Vice siempre me insistía en que contara más sobre la vida de mis abuelos feriantes, que sacara entrevistas o hiciera fotos. Y a mí nunca me daba por escribir eso, pero en un agosto lo hice y entrevisté a mis tíos y a mi madre; lo hice aquí mismo, en la plaza de Criptana. Y, claro, salió una pieza con una gran historia y fotografías magníficas. Entonces este reportaje se hizo viral, y llegó a manos de Eva Serrano, que es la editora de Círculo de Tiza, y me encargó un libro sobre los feriantes y las ferias. Ósea, en un principio iba a ser como un mapa emocional y cultural de lo que significaba ser feriante en España y de cómo había evolucionado la profesión. 

Sin embargo en el transcurso de la escritura del libro, se murió mi tío Hilario y mi abuela, y también yo estaba trabajando y no tenía mucho tiempo para escribir. Por eso, fui al despacho de Eva dándole explicaciones de por qué no avanzaba mi libro, y ella misma me dio la solución: me dijo, pues añade estas muertes, pues habla de esto de tu familia. Y al final el libro acabó siendo algo totalmente distinto. Representó la vida de muchas familias españolas. 

P- Llegó a conseguir que se publicará una segunda edición de su libro. ¿Se imaginaba que tanta gente lo leería?

R- Pues no me lo creía. La primera tirada ya fue de 1000 copias. Al final, yo creo que la historia de mi familia es la vida de la clase obrera de los últimos 20 años. Yo partía mucho del 'ego', pues para mí la historia de mi familia era súper especial y única. Pero luego cuando Feria empieza a tener éxito, te das cuenta de que 'mi abuelo' representa a muchísimos abuelos españoles, y mi historia es la de muchos.

También sé que he tenido muchos lectores en La Mancha, porque quien diga que no es profeta en su tierra es porque no ha conocido a los manchegos. He recibido mucho cariño tanto de la gente, como de las instituciones. A meses de publicarlo, me mandó una carta Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, dándome la enhorabuena. Y yo creo que para un manchego es más fácil identificarse con lo que cuento por el lenguaje, por los lugares de los que hablo o por la visión del mundo. 

Portada del libro 'Feria'

Portada del libro 'Feria'

P- ¿Cree que 'Feria' debería ser un libro de lectura en los pueblos de Castilla-La Mancha? Porque al final la vida de los pueblos es así. 

R- Pues ojalá y lo sea, yo la verdad es que estoy súper agradecida a todos los manchegos que han leído mi libro. A todo el mundo obviamente, pero en especial de los manchegos porque ha sido brutal. 

P-  Cuando le llamó The New York Times para hacerle un reportaje tras la publicación de su libro, ¿qué pensó? ¿Dónde le hicieron la entrevista?

R- A mí me sorprendió un montón, y yo pensaba que querían hacerme una entrevista por teléfono. Y no, me dijeron que querían hacérmela cara a cara. Entonces yo propuse que la hiciéramos en Criptana. Días previos a la entrevista, bromeaba con mi abuelo de vestirnos de andaluces como en Bienvenido, Mister Marshall. Realmente fue muy divertido, porque mi abuelo les enseñó al fotógrafo (inglés) y al periodista (suizo) con todo detalle sus herramientas del corral. Ambos estaban súper atentos y alucinando con el corral de mi abuelo, porque a ellos les parecía muy exótico. 

Corral de su abuelo

Corral de su abuelo Fuente: Imágenes del Libro 'Feria'

Fotografía del abuelo de Ana Iris sentado, rescatada de su libro 'Feria'

Fotografía del abuelo de Ana Iris sentado, rescatada de su libro 'Feria'

P- Anteriormente ha mencionado que Emiliano García-Page la felicitó por su libro 'Feria', ¿Cree que se ve a Page como un líder nacional con posibilidades de ser presidente del Gobierno?

R- Yo no sé si Page podría ser presidente del Gobierno pero sí sé que, como Bono, tiene capacidad para captar un voto transversal.Tanto a Page como a Feijóo, el líder del PP, creo que les irá bien, porque atraen un voto que no se encierra en la izquierda del PSOE de siempre o en la derecha tradicional del PP, sino que son capaces de llegar a más gente con ideologías distintas. Estamos ya muy cansados de oír hablar de 'alerta antifascista' y de 'dictadura social comunista', porque ni eso lo vemos por ningún lado. Al final el que tenga una visión más abierta y general de la sociedad española será el que se lleve el voto. 

P- ¿Cree que el PP en Castilla-La Mancha puede beneficiarse del ascenso de la marca a nivel nacional? ¿Paco Núñez podría ser el próximo inquilino del Palacio Fuensalida?

R- No tengo ni idea de que ocurrirá en las próximas elecciones, si ganará García-Page o Paco Núñez. Lo que si sé es que tradicionalmente el PSOE ha actuado o se ha querido vender más como partido regionalista, marcando su independencia con la directiva central, y  seguramente eso les haya beneficiado.

P- El próximo 21 de octubre recibirá la Medalla al Mérito Cultural de Castilla-La Mancha, ¿qué sintió cuándo se lo ofrecieron?

R- Pues sentí mucho orgullo, porque ya te digo que fue una sensación súper bonita. Porque todo el mundo me habla del New York Times y parece que los españoles sólo nos valoramos cuando nos reconocen desde fuera. Por ejemplo, para mí tiene mucho valor los que me llamaron y me dieron la enhorabuena desde el día uno de publicar mi libro, como Lorena Gómez Maldonado, que me hizo una entrevista para EL ESPAÑOL. O cuando a los dos o tres meses de publicarlo me llamó García-Page. Al final es de agradecer, que la gente para la que escribes te reconozca, se vea reflejada. Y sientes mucha felicidad de haber creado un relato, que está a la altura de nuestra tierra.  

P- ¿Cómo ve su futuro a nivel profesional y personal?

R- Ojalá pudiendo cuidar de mis hijos como lo he hecho hasta ahora con Valero, compaginando mi trabajo con ellos. También espero seguir aprendiendo, y tener consciencia de para quién escribo; es decir, no perder mi esencia. Y no sólo escribir para esa gente, sino seguir contando sus historias y que sientan que aquello que no habían creído que le interesaría a nadie y no debería ser puesto en un libro, no sólo puede sino que debe ser publicado. 

P- ¿Tiene algún proyecto en mente? ¿Lo ha puesto ya en marcha?

R- Sí, ahora estoy escribiendo otro libro. Lo que pasa es que voy súper lenta porque tengo a mi niño y ahora viene otro en camino, pero ahí voy poco a poco, escribiendo mis ideas. 

P- ¿Cuál es la mayor virtud qué cree que debería tener una persona, en concreto una periodista para triunfar?

R- Yo creo que lo que tiene que tener un periodista es humildad para ponerse en el lugar del otro y para contar historias que no son las suyas.

P- Para terminar ¿qué consejo le daría a una joven que está empezando en el mundo periodístico?

R- Que trabaje y se esfuerce mucho, y que siempre sea humilde para intentar aprender. También, es muy importante que no confunda la vida con su trabajo, porque al final dedicándonos al mundo del periodismo, donde se pone muchísimo cariño y de uno mismo, se puede llegar a creer, que uno sólo es lo que produce y lo que consume. Y no, son esferas muy separadas de la realidad, porque al final hay algo que siempre está por encima: la vida.