Dicen que Emiliano García-Page va sobrao en las encuestas y a la consejera portavoz de la Junta, Blanca Fernández, que es un encanto, se la ve tan ricamente feliz por ello, como un triunfo adelantado, pero ahí va ese jarro de agua fría: ni el pescado está vendido ni nadie tiene ninguna victoria asegurada. Y menos en Castilla-La Mancha, con un electorado tan marcadamente selectivo y capaz de votar una cosa y la contraria según la urna de que se trate. Un beso a Page y una flor a Paco Núñez, un suponer, y a Pedro Sánchez calabazas. Todo es abierto e inestable, como vienen demostrando los castellano-manchegos desde los tiempos poderosos de Pepe Bono, que arrasaba en la región mientras el PSOE se hundía en toda España. Cosas del capricho y el natural manchego, tan sagaz y talentoso, así que un poco de paciencia que hasta mayo queda trecho y tendrán que pasar todavía muchas cosas.
Así la vida, cambio el tercio y quiero felicitar a mi otra consejera favorita en el Gobierno regional, la simpatiquísima Patricia Franco, que es la mejor sonrisa de la política en Castilla-La Mancha y, poco a poco, está dando un gran impulso al turismo en la región, como se vio extensamente el lunes en el maravilloso foro organizado por este periódico, con nuestra presidenta ejecutiva, Esther Esteban, a los mandos y un gran equipo que, permítanme, es una historia de éxito. EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM está montando unos eventos de gran calidad y relieve nacional y, después de casi 17 años de historia, ha demostrado un enorme compromiso con Castilla-La Mancha y sus gentes, y con el mejor periodismo pegado a la tierra. Enhorabuena por este nuevo aldabonazo que ha puesto el foco en el turismo regional y ha resultado un acontecimiento espectacular. Y mucho ánimo a Patricia Franco por todo lo que ha hecho y todo lo que queda por hacer: tendrá cien millones de presupuesto el año que viene para terminar de dar el salto en el que estamos inmersos. Un pastón impresionante.
El caso es que tres noticias de estos días me han llamado la atención. Una: el PP ha resucitado el proyecto del almacén nuclear de Villar de Cañas, en Cuenca, y ha prometido construirlo si gobierna Alberto Núñez Feijóo, asunto que ha provocado el cabreo del consejero de Desarrollo Sostenible de la Junta, José Luis Escudero, y el silencio de Paco Núñez, que habrá pensado que en este jardín son todo pérdidas y mejor no abrir el pico. Dos: por mucho que se empeñan el sanchismo y su infinito cortejo no hay manera de implicar a María Dolores de Cospedal en el caso Kitchen y el juez ha rechazado volver a investigarla. Y tres: algo está pasando en el mundo cuando nuestro mancheguísimo Pedro Almodóvar no se ve capaz y acaba de abandonar la que iba a ser su primera película en inglés, “Manual para mujeres de la limpieza”, basada en el gran libro de Lucía Berlín y con la preciosa Cate Blanchett de protagonista.
Queridos, reconózcanlo, la vida ya no es lo que era.
Bono abochornado
A José Bono le pierde el protagonismo y salir en la televisión, más concretamente en la Sexta. Es un máquina de los medios. Y claro, como no podía ser de otra manera, el hombre tenía que procurarse sus cinco minutos de gloria a cuenta de la muerte de Isabel II y la proclamación de Carlos III como nuevo rey de Gran Bretaña. Y ha contado con éxito cómo vivió en 1987 la visita de Carlos de Inglaterra a Toledo y el bochornoso momento que pasó, entre sudores fríos y subidón de colorines a la cara. Estaba también el rey Juan Carlos. Al salir toda la comitiva del Palacio de Fuensalida, se encontraron que mucha gente protestaba y una horrorosa pancarta que hizo estallar la vergüenza del entonces presidente de Castilla-La Mancha: “Lady Di nos toca el pirulí”. Cómo le vería el rey a Bono de apurado que le dijo “no te preocupes, el príncipe Carlos no entiende ni media palabra de español”. Y así todos tan felices. O sea, que nos devuelvan Gibraltar.