Castilla-La Mancha mantendrá al menos una semana más la obligatoriedad de uso de mascarilla en los hospitales, centros de salud y consultorios de la región, tal y como ha confirmado a este periódico la Consejería de Sanidad.
Las fuentes consultadas han apelando a un criterio de "cautela" para justificar la decisión, pese a que la región ha encadenado dos semanas seguidas de descenso en la incidencia de virus respiratorios, tal y como ha comunicado este jueves el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA).
Dicha bajada durante al menos dos semanas consecutivas, según la orden dictada por el Ministerio de Sanidad el pasado 10 de enero, habilitaba desde hoy mismo al Gobierno autonómico a acabar con la imposición del uso de cubrebocas en las instalaciones sanitarias, pudiendo dejarlo en una simple recomendación, tal y como ya han hecho otras comunidades como Castilla y León.
La región más afectada
Sin embargo, los expertos en epidemiología de la Consejería de Sanidad castellano-manchega han optado por mantener la obligatoriedad al menos durante una semana más, "a la espera de los datos de los próximos días".
Pese al leve descenso de casos registrado durante el inicio del año 2024, Castilla-La Mancha sigue siendo la región más afectada por virus como la gripe, la COVID-19 o la bronquiolitis con una incidencia de 1.532 casos por cada 100.000 habitantes entre el 8 y el 14 de enero.
La media nacional durante esta segunda semana del año fue de 926 casos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de las cifras de Castilla-La Mancha, que marcó su pico de infección la última semana de 2023 con 1.709 casos, bajando a 1.691 la primera semana de 2024 y a 1.532 en la segunda.
Castilla-La Mancha también duplica media nacional de tasa de hospitalización, que en España se queda en 28 casos por cada 100.000 habitantes y aquí llega a 50 casos, 13 menos que la semana anterior. Es también la más elevada del país junto a la de Extremadura.
Se espera mejoría
El pasado 11 de enero, un día después de que el Ministerio hiciese obligatorio el uso de la mascarilla en los centros sanitarios, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, intervino en las Cortes de Castilla-La Mancha y aseguró que la previsión es que a partir de la tercera semana de enero empiece a caer de manera más aguda el grado de infecciones.
El propio Fernández Sanz defendió en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado el 8 de enero, contra el criterio ministerial que se acabó imponiendo, que la utilización de mascarilla en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias continuase siendo una recomendación, aunque ahora su departamento ha optado por prolongar la obligatoriedad unos días más.
También el 8 de enero, después de semanas de altísima incidencia en el sistema sanitario a consecuencia de los virus respiratorios, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Esther Padilla, repondió a las denuncias de los sindicatos sobre "colapso" tanto en la Atención Primaria como en los servicios de Urgencias de los hospitales de Castilla-La Mancha asegurando que "el sistema ha tenido capacidad absoluta de absorción para atender a las personas, gracias a una estrategia de contrataciones de sanitarios, con hasta 212 en el caso del Hospital de Toledo desde el 15 de diciembre".