Almansa tiene puesto un ojo permanente sobre el Corredor Mediterráneo. Una infraestructura que pasará a escasos kilómetros del munipicio y que puede convertirse en un impulso definitivo para su crecimiento. Por ello, una delegación del Ayuntamiento, con el alcalde Paco Núñez a la cabeza, se ha desplazado hasta La Encina para participar en el segundo Chequeo de las Obras, organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios. 

Precisamente, en La Encina es donde se ubicará uno de los intercambiadores y es la zona que más afecta a Almansa. Por ello, además del primer edil, han acudido a esta reunión miembros de su equipo de Gobierno, como el teniente de alcalde, Javier Sánchez Roselló; el concejal de Industria, Pepe Gil; y el gerente de Sapres, Pedro García. Los cuatro han podido comprobar que las obras marchan por buen camino. Se trata de una infraestructura que conectará Andalucía con Francia por alta velocidad para el transporte de viajeros y mercancías y que tiene en este paraje, colindante con Almansa, un punto clave. 

Durante el encuentro, el alcalde almanseño pudo entablar contacto con empresarios muy relevantes, de la talla de Juan Roig (Mercadona) o Vicente Boluda (Asociación Valenciana de Empresarios), además de otros procedentes de comunidades como Andalucía, Valencia, Murcia o Cataluña. Unos lazos que se quieren estrechar y de los que se quiere beneficiar Almansa. 

Un nudo industrial y logístico

Almansa quiere aprovechar el Corredor Mediterráneo para convertirse en un nudo industrial y logístico. Para ello, desde el Ayuntamiento se confía en cerrar las últimas fases de aprobación del Plan de Ordenación Municipal, que pretende crear 7 millones de metros cuadrados de zona logística. Según sus cálculos, esto permitiría la instalación inmediata de empresas que se quieran beneficiar de la proximidad de la localidad con el intercambiador de La Encina.