Condenado en Ciudad Real por maltratar a su pareja e inducirla a abortar
La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a un hombre a trece y cuatro meses años de prisión, al considerarle culpable de un delito de maltrato habitual, dos de lesiones y otro de inducción al aborto sobre su pareja.
La sentencia, hecha pública hoy, declara probado que el acusado, J.M.M.C.N.A. , y la víctima mantuvieron una relación afectiva análoga a la matrimonial, que se extendió, al menos, entre julio de 2011 y el 15 de agosto de 2012, y que vivieron en el un domicilio conjunto en las localidades de Pozuelo y Torralba de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real.
En el curso de tal relación, el acusado fue "de forma progresiva aumentando las actuaciones, expresiones y palabras con una clara intención de menospreciar, humillar, anular y denigrar a la víctima, que se vio absoluta y totalmente vejada y presa de los deseos del acusado".
El tribunal sostiene que si al inicio de la relación profirió hacia la víctima expresiones tales como "guarra, que no puedes ir sola al servicio, tonta, cara de mono, fea" y darle pequeños pisotones, en apariencia de broma, en tono de aparente juego y sin llegar a pegar fuerte, posteriormente, todo subió de tono en expresiones mucho más ofensivas y amenazantes.
En un trato, recoge la sentencia, que se convirtió en habitual y cotidiano, y que llevó al sentenciado a rociar a la mujer con gasolina, taparle la cabeza con una bolsa impidiendo su respiración y en ocasiones la sacó al balcón desnuda.
Todo ello, advierte la sentencia, convirtió la vida de la víctima "en un auténtico horror y la convivencia en un infierno, sometida de continuo a los deseos del acusado".
Éste, además, llegó a propinarle en determinados momentos de la relación golpes que obligaron a su entonces pareja a ser trasladada y ser atendida en varias ocasiones en centros de salud y, en alguna ocasión, tuvo que ser derivada al Hospital de Ciudad Real por la pérdida de consciencia.
En el curso de la relación, la víctima también se quedó embarazada, lo que fue intuido por el acusado que la instó a realizarse un test de embarazo que confirmó sus sospechas.
Tal situación fue inicialmente aceptada y asumida por el acusado, si bien al poco tiempo comenzó a tener dudas sobre la posibilidad de tener un hijo, de tal forma que en un momento determinado la indujo a abortar en un clínica privada.