El confinamiento por el coronavirus está obligando a actuar a las fuerzas del orden porque una ínfima minoría de ciudadanos se niega a acatar las medidas adoptadas con la declaración del estado de alarma.
Ha sido el caso de la Policía Local de Ciudad Real, que se ha visto obligada a denunciar a un vecino en la calle Ciprés, procedente de su vivienda en Barriada de Pío XII, y que se dirigía a comprar leche a una tienda de la barriada de la Plaza de Toros. Además se puso chulo con los agentes diciendo que compraba lo que quería donde quería.