A las 11:00 h. de la mañana de este sábado, en la Catedral de Ciudad Real y presidida por el obispo de la diócisis, Gerardo Melgar, daba comienzo la celebración de la eucaristía en la que tres jóvenes han sido ordenados diáconos.
El obispo ha comenzando reconociendo en su homilía que «hoy es un día importante para toda la diócesis» por la ordenación de tres diáconos, porque las personas, hombres y mujeres que responden a Dios inician «una historia de amor de Dios con nosotros y por nosotros». Por eso, ha destacado, el sacramento del orden es «don y misión, es regalo y encargo".
Al concluir la homilía, el obispo ha preguntado a los ordenandos sobre su disposición al servicio generoso al pueblo de Dios y a la entrega total, en cuerpo y alma, de toda su vida. Además de prometer el celibato y obediencia al obispo actual y a sus sucesores, toda la iglesia reunida ha rezado pidiendo que el Espíritu Santo derrame su bendición sobre ellos tres. Con la imposición de manos de Gerardo Melgar y con la oración que acompaña este gesto sacramental, han quedado ordenadores como diáconos al servicio de la Iglesia en Ciudad Real.
Breve reseña biográfica de los ordenados
Pablo Cornejo Martínez tiene 27 años y es natural de Ciudad Real. Estudió dos años de Derecho e ingresó en el Seminario en 2013. Durante su formación en el Seminario Diocesano ha realizado actividades pastorales en Retuerta del Bullaque, Navas de Estena, Villarta de san Juan, Cinco Casas, Herencia, Puerto Lápice, Argamasilla de Calatrava, Torralba de Calatrava, Daimiel y, este último año, en Argamasilla de Alba.
Además, ha participado en actividades de Cáritas y en la parroquia de San Pedro de Ciudad Real.
Abel Fuentes Pintado tiene 30 años y es natural de Campo de Criptana. Estudió Historia con un máster en investigación antes de ingresar en el Seminario en 2013. Durante su formación ha realizado actividades pastorales en Porzuna, Las Peralosas, el Seminario Menor, Argamasilla de Calatrava, Herencia, Tomelloso, Almadén, Guadalmez, Alamillo, San Benito y, este año, en el Valle de Alcudia. Además, hizo un voluntariado en Tierra Santa y ha colaborado con su parroquia de Campo de Criptana.
Francisco José García-Casarrubios Poveda tiene 32 años y es natural de Campo de Criptana. Antes de ingresar en el Seminario en 2013, estudió Filología Hispánica. Ha realizado actividades pastorales en Carrión de Calatrava, Abenójar, Cabezarados, Navacerrada, Torralba, Malagón, Los Cortijos, Herencia, Puerto Lápice y Alcázar de San Juan (tanto en el hospital como en la cárcel). Este año está en Tomelloso. Además, ha colaborado con Cáritas, con la Delegación de Juventud y con su parroquia de Campo de Criptana.