Imagen de archivo de una operación.

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Ciudad Real

Una abogada de Ciudad Real logra una millonaria indemnización para un paciente que quedó tetrapléjico

El hombre, que sufre un 95% de discapacidad por una "mala praxis sanitaria" recibirá 988.000 euros.

16 marzo, 2022 13:09

La abogada ciudadrealeña Teresa Reíllo Sáez ha logrado que el Juzgado Contencioso-Administrativo nº 1 de Vitoria haya condenado al Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y a su aseguradora, en una sentencia que ha sido definitivamente confirmada por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del País Vasco, a abonar 988.000 euros por “mala praxis en la asistencia sanitaria prestada a un paciente en el posoperatorio, por recibir un tratamiento inadecuado y falta de vigilancia suficiente, diagnóstico tardío de la infección sufrida y pérdida de oportunidad en la curación, pese a contar con todos los medios exigibles”.

Reíllo Sáez, del despacho Cobo Serrano Abogados de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), ha detallado que el paciente, un hombre de 52 años, "acudió al Hospital Universitario de Donostia con limitaciones, pero autónomo para todas las actividades de la vida diaria, y que, cuando salió del centro, lo hizo con tetraplejia irreversible". Esta situación le obligó a valerse de una "silla de ruedas" y necesitar "asistencia para todas las actividades de la vida diaria y lo que es peor, sin posibilidad alguna de experimentar mejoría”.

Aunque puede hablar y comunicarse, desde el despacho de abogados aseguran que para el resto de su situación funcional está "confinado a realizar su vida en cama-silla", precisando ayuda total para la higiene y el vestido y parcialmente para la alimentación, y se desplaza de forma autónoma únicamente con silla de ruedas monitorizada al sufrir una gran invalidez que supone un 95% de discapacidad.

Los hechos

El paciente se sometió a una intervención quirúrgica para mejorar su mielopatía cervical, que se iba a realizar en dos fases: la primera intervención se llevó a cabo en agosto de 2014 y se programó la segunda para el 15 septiembre de ese mismo año.

Durante la primera intervención, el paciente se infectó en el quirófano, lo que le provocó a su vez un absceso epidural espinal debajo de la herida, que ejerció una compresión medular excesiva, que "ni se apreció ni se atajó por los profesionales sanitarios con el tratamiento adecuado, antes de la segunda intervención". Además, en el posoperatorio, "no recibió la dosis adecuada de antibióticos y no se anotó en la historia clínica dato alguno sobre la evolución de la herida quirúrgica a lo largo de 19 días".

Ante esta situacion, el paciente comenzó a presentó dolor cervical y empeoramiento neurológico evidente, con dificultad para hablar y sus analíticas arrojaron leucocitosis y neutrofilia que se enfocaron erróneamente como un problema respiratorio, además de un estafilococo positivo el día anterior a la segunda intervención, que tampoco se tuvo en cuenta.  

Según cuenta el despacho, es ya en la segunda intervención fijada para el día 15 de septiembre 2014, donde al intubar al paciente, los cirujanos se dan cuenta que tiene un absceso cervical que les había pasado desapercibido, y entonces, paralizan la intervención y le realizan un scanner que también valoran mal, que revisan posteriormente y se dan cuenta del error, ordenando una resonancia magnética urgente que demuestra lo ya inevitable: que el paciente está tetrapléjico.

Reillo afirma que “ha sido un caso complejo, que ha precisado de una excelente pericial médica, muy cualificada, que fue expuesta en sala de forma exhaustiva, razonable y contundente, explicando y demostrando a la jueza de instancia, que la mala praxis no se produjo sólo una vez, sino varias veces, durante toda la asistencia prestada al paciente”.

Negligencia

"La mala praxis y defectuosa asistencia sanitaria prestada en este caso, se reveló de forma contundente con las periciales practicadas ante el Juzgado de Vitoria, y confirmadas posteriormente por el TSJ del País Vasco, ante el Recurso de Apelación que formuló el Servicio Vasco de Salud", agregan desde Cobo Serrano Abogados.

Por ello, el Servicio Vasco de Salud ha sido condenado a indemnizar al paciente con 988.000 euros. Desde Cobo Serrano Abogados indican que esta indemnización de casi un millón de euros “ciertamente, no repara la pérdida de salud, pero sí ayuda a nuestro cliente a procurarse las mejores atenciones en el sentido de garantizar todas las necesidades derivadas de las limitaciones que sufre, con la calidad más óptima de los servicios asistenciales que precisa”.

El paciente, natural de Mutriku (Guipúzcoa), pasó por el Hospital de Parapléjicos de Toledo y reside hace años en un Centro Residencial para Discapacidad, en San Sebastián.