El acusado de matar a su mujer delante de su hija en Guadalajara apunta a otra persona: "Vi a alguien tapado"
El acusado del apuñalamiento de su pareja en presencia de su hija menor en Galápagos (Guadalajara), A.R.L., ha dicho durante el primer día del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Guadalajara que del momento en el que se produjeron los hechos lo que recuerda es que vio a una "persona tapada" y después vio "el cuchillo con sangre".
Aparentemente tranquilo, el acusado, para quien la Fiscalía pide 25 años por el asesinato de su esposa en Galápagos el 5 de enero de 2016, no ha admitido en ningún momento recordar el apuñalamiento de su esposa ni "verla en persona", aunque sí ha admitido que vio a su hija.
Ha realizado esta declaración después de explicar que antes de que ocurrieran los hechos, él había salido a sacar el perro porque no podía dormir y que al volver a casa, vio la puerta de la cancela abierta y cogió un cuchillo, tras lo que estuvo registrando "la casa de arriba a abajo", añadiendo --a preguntas del Ministerio Fiscal-- que se le pasó por la cabeza que alguien quería matar a su familia.
Con lagunas sobre unos hechos y sin recordar algunos aspectos que sí había recordado en su primera declaración antes de la vista, el acusado ha admitido tener celos al respecto de si pensaba que podía haber algún amante de la mujer en la casa. "Lo normal cuando tienes pareja".
A preguntas de la acusación particular, ha insistido en que no eran "celos compulsivos", pero sí ha recordado que en alguna ocasión había llegado a pedirle a la víctima su teléfono para revisarlo. "No sé porque lo miré", ha afirmado el acusado, que ha señalado que tanto él como ella tenían las respectivas contraseñas de sus teléfonos móviles.
Ha negado a preguntas de la Fiscalía que cuando subió a la habitación y la despertó para pedirle el teléfono lo hiciera porque le controlaba el Whatsapp y las redes o las llamadas. Además, ha dicho no recordar el mensaje que le ha leído la Fiscalía y que venía en el móvil del investigado, en el que su propia mujer le decía que se sentía sola y que estaba mal, a lo que ha contestado que ella le trasladó que estaba "bien" con él, aunque parece que habían interrumpido la relación en varias ocasiones.
En su declaración, el acusado, para el que su Defensa ha pedido su no culpabilidad ateniéndose a que el brote psicótico que mostraba el día de autos podía estar motivado en su consumo de entre 5 y 7 porros diarios desde que tenía 17 años, ha admitido este consumo y también ha dicho que su esposa había consumido alguna droga alguna vez, en concreto, durante esa Nochevieja. "Ella cocaína y yo pastillas", ha dicho tras manifestar que él ya no consumía "hoy".
Su hija le preguntó qué pasaba
En la vista también ha salido a relucir como en el 2014 tuvo que ser atendido en Psiquiatría pero le mandaron una medicación durante un mes sin diagnosticarle ninguna enfermedad mental. Sí ha recordado, a preguntas de la Acusación Particular, que tras los hechos, la niña se le abalanzó y le dijo: "papi, ¿qué pasa?".
Según se ha puesto de manifiesto en esta primera jornada del juicio con jurado popular --compuesto por cuatro mujeres y cinco hombres-- la pareja había dejado la relación en varias ocasiones.
Continúa el juicio
Este martes proseguirá la segunda jornada de una vista que se prolongarán previsiblemente unos días más; para el segundo día está prevista la comparecencia de agentes de la Guardia Civil y las pruebas testificales; el miércoles será el turno de los testigos, y jueves y viernes las pruebas periciales y conclusiones e informes finales de las partes. De momento, la previsión es que el veredicto no se conozca hasta la próxima semana.
De acuerdo a los hechos que figuran en el escrito de la Fiscalía, la víctima recibió puñaladas en el abdomen, en los brazos y en la cabeza y su fallecimiento se produjo por "shock hipovolémico secundario a hemorragia masiva como consecuencia de las múltiples heridas". Tras su muerte, su hija menor "ha resultado perjudicada por la pérdida de su madre, habiendo sufrido una experiencia traumática con la pérdida de su figura de referencia y con posibles secuelas con necesidad de terapia y atención psicológica especializada". También han resultado perjudicados los padres de la fallecida.
A causa de la resistencia que opuso en el momento de la detención el detenido --en prisión preventiva desde entonces--, un agente de la Guardia Civil sufrió un esguince de tobillo derecho con rotura parcial de ligamentos, dolencia que tardó en curar 73 días impeditivos para su trabajo habitual, sin secuelas. El fiscal pide para el acusado en este caso, la prohibición de aproximarse al agente a una distancia de 500 metros durante cuatro años, así como de comunicarse con él durante cualquier medio y una indemnización de 4.380 euros.