Ha arrancado el desmontaje de la cúpula del edificio de contención de la central nuclear 'José Cabrera', de Almonacid de Zorita (Guadalajara), el elemento más identificativo de la planta más antigua de España, cuyo proceso de retirada total se prolongará durante mes y medio y la previsión es que el proyecto de desmantelamiento final de la planta concluya en su totalidad para el 2020.
Así lo ha confirmado el director de desmantelamiento de la central, Manuel Ondaro, en la propia central nuclear, la primera planta que se desmantela de manera completa en España, cuyo proceso se inició en el año 2010 a cargo de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
Según Ondaro, el coste estimado de estos trabajos no se verá alterado según lo previsto, cuantificándose en unos 160 millones de euros, y en cuanto al nivel de actividad radiológica que queda en la planta se sitúa ya "muy por debajo del uno por ciento, nada significativo", ha apostillado a Europa Press el responsable del desmantelamiento.
En cuanto a los trabajos del desmontaje de la cúpula, identificada por su color anaranjado, han consistido en el corte, izado, descenso de la primera de las 330 piezas que se van a desmontar, en un proceso inverso a las agujas del reloj.
El corte de esta primera pieza se ha realizado con plasma, una técnica de corte térmico que según el director del desmantelamiento es más rápido que el corte mecánico; se ha realizado tras quedar descontaminada la chapa o casquete, "que ha estado en todo momento sujeta por la grúa", ha matizado.
Dicha pieza estaba situada en la parte superior de la cúpula, con un peso de 5,2 toneladas, 8 metros de diámetro y 16 milímetros de espesor, y para su retirada ha habido que utilizar dos grúas de gran tonelaje que han permitido la ejecución "segura" de una maniobra desde una plataforma auxiliar.
En cuanto a la cúpula, que tiene un peso de 225,2 toneladas y un diámetro de 31,4 metros, se va a trocear en 330 piezas que son las que serán retiradas a partir de este jueves de forma progresiva, tal y como ha explicado Ondaro, quien ha apuntado que para llevar a cabo estos trabajos se han reforzado las medidas de seguridad y de prevención de riesgos laborales.
Más datos del desmantelamiento
Con carácter previo, se han realizado jornadas formativas a todo el personal de la instalación y se ha ejecutado un simulacro de rescate y de evacuación desde la propia cúpula. En la actualidad, el desmantelamiento de la nuclear alcanza el 89 por ciento de la planta, sin que varíen, en principio, mucho las previsiones para el final del desmantelamiento. Por otra parte, acaba de comenzar también la demolición de otros edificios como el edificio del generador diésel, el evaporador, el almacén 1 y el edificio auxiliar de contención.
Durante esta etapa final de desmantelamiento, que se inició en el 2010 y de la que resta aproximadamente un año, ha cambiado ya notablemente la fisonomía externa de la instalación, sobre todo a partir de la retirada hace más de un año de la chimenea del reactor y a partir de hoy con el desmontaje de la cúpula.
Desde que Enresa asumió temporalmente la titularidad de la planta hasta septiembre de 2019 se han generado aproximadamente 29.000 toneladas de materiales entre elementos radiactivos y convencionales. De esta cantidad, 7.000 toneladas son material convencional, 14.200 de material desclasificado, 5.500 de residuos de muy baja actividad y 2.300 de media y baja actividad.
En cuanto a los de alta actividad, se encuentran en unas 175 toneladas de residuos que están contenidas en doce contenedores situados en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la planta, construido para este fin. En total, se van a gestionar en este proceso de desmantelamiento 104.000 toneladas de material; hasta ahora se han gestionado 29.000 y para llegar a la cifra total habrá que sumar lo que aún queda pendiente de demoler en la instalación y que se demolerá en esta última fase.
Desde el inicio del desmantelamiento de la planta han trabajado en la instalación unas 250 personas de media anual, todas ellas formadas específicamente para realizar las tareas requeridas.
Las técnicas y metodologías de corte y gestión de residuos radiactivos aplicada por Enresa son una fuente de experiencia y conocimiento muy útil para la comunidad internacional; han visitado la instalación para conocer como se está llevando a cabo este proceso de desmantelamiento "completo" personal especializado de países como Japón, Corea del Sur, Argentina, Estados Unidos, Francia, Alemania y Bélgica, entre otros.
La planta de Zorita comenzó su operatividad en el año 1968, fue la primera central nuclear en España, cuya vida útil se prolongó hasta abril del año 2006, fecha en la que se determinó su cierre después de 38 años de operatividad. Desde el año 2006 hasta el año 2010, durante estos cuatro años, la empresa pública Enresa se ocupó de preparar el proceso de desmantelamiento.