La Diputación de Toledo indigna a los opositores con la fecha del examen

La Diputación de Toledo vuelve a sembrar la polémica entre los opositores. Si hace un mes fueron los aspirantes a bomberos los que se quejaron de un proceso plagado de incidencias, ahora serán los auxiliares administrativos los que podrían molestarse por un examen que muchos de los admitidos ni siquiera tendrán la oportunidad de realizar. Y es que la institución provincial ha decidido fijar como fecha de la prueba el 7 de octubre, precisamente el mismo día que un gran número de candidatos a este cuerpo tendrán la prueba del Sescam. 

Para entender la cuestión, conviene destacar que las pruebas para auxiliar administrativo suelen compartir un gran número de temas comunes, aunque se refieran a instituciones diferentes. De este modo, los que aspiran a sacar una plaza como funcionarios en el Estado, la Junta, la Diputación o en sus organismos autónomos en esta especialidad, tienden a prepararse varias de ellas por compartir una amplia parte del temario referente a legislación. 

Pues bien, la indignación entre un nutrido número de opositores se genera porque el examen de auxiliar administrativo del Sescam se fijó hace meses y está publicado de forma oficial para el 7 de octubre a las 11:00 horas en Toledo. Unas pruebas para los que los aspirantes ya pagaron sus tasas hace casi un año. 

En el caso de la Diputación, sus plazos de inscripción se llevaron a cabo en verano, con el correspondiente abono de las tasas de derecho de examen. Sin embargo, ha sido este mismo viernes cuando la institución ha hecho pública la fecha y hora de los exámenes de auxiliar administrativo, coincidiendo de forma exacta con el del Sescam y programándose también para el 7 de octubre a las 11:00 horas. 

Los opositores que estén admitidos en ambos procesos y hayan abonado las tasas de ambos, por tanto, tendrán que elegir por acudir al del Sescam o al de la Diputación de Toledo. Todo un "despropósito", como lo califican algunos de los aspirantes, que "tira por tierra el esfuerzo de los estudiantes" y que, de paso, les genera el perjuicio de tener que dar por perdidas las cantidades abonadas sin poder ejercer su derecho a realizar el examen. Con todo, lo peor es la "sensación de duda" que queda entre los aspirantes de que "no haya sido precisamente una mera coincidencia".