La Guardia Civil, en colaboración con la Ertzaintza y varias policías locales, ha logrado desarticular un complejo entramado en el que actuaban cuatro grupos dedicados al narcotráfico en varias zonas de España y que se abastecían de una organización principal que introducía cocaína desde Sudamérica.
En el marco de la Operación Águila-Frazen, los agentes han logrado identificar y detener a todos los miembros de los distintos entramados y la mayoría de ellos cuentan con antecedentes policiales, incluso uno de los grupos desmantelado tiene una estrecha vinculación con la extrema derecha, contando alguno de sus cabecillas con antecedentes por homicidio.
Los arrestados eran también expertos en blanquear dinero, por lo que los agentes han solicitado al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, el bloqueo de 203 cuentas bancarias con más de 750.000 euros, 43 inmuebles en España y se han bloqueado 121 vehículos, la mayoría de alta gama.
Además de las detenciones, se han realizado 23 registros en domicilios de Madrid, Bilbao y Valladolid, en los que se han intervenido 239 kilos de cocaína de gran pureza, 754 gramos de resina de hachís, además se ha desmantelado un laboratorio de adulteración de cocaína situado en Getafe (Madrid), que albergaba una gran cantidad de precursores para la adulteración de la droga intervenida.
También han sido intervenidos 697.000 euros en efectivo, cinco armas de fuego, armas prohibidas, armas blancas y asimismo se localizaron uniformes policiales y elementos luminosos para actuar como "policías ful" (falsos).
El origen de la investigación se remonta a la primavera de 2018, cuando los agentes expertos en delitos económicos de la Comandancia de Madrid se encontraban estudiando una documentación que pudiera estar relacionada con un delito de blanqueo de capitales a través de la compra venta de automóviles de alta gama.
Las investigaciones llevaron a los agentes a descubrir la interrelación entre varios grupos cuyo nexo de unión era una organización encargada de suministrar cocaína que venía directamente de Sudamérica.
Distribuía grandes cantidades en Toledo
El entramado distribuía cocaína en cantidades de notoria importancia en Madrid, Toledo, Salamanca, León, Valladolid, Asturias, Vizcaya, Cantabria, Zaragoza y Burgos.
La organización distribuidora estaba asentada en Madrid, y hasta allí se desplazaban los integrantes de otras organizaciones para realizar las transacciones de droga.
Durante el estado de alarma utilizaban coberturas diseñadas bajo la apariencia de estar trabajando, lo que les permitía desplazarse y sortear los controles policiales.
Para realizar estas transacciones tomaban elevadas medidas de seguridad, contaban con teléfonos encriptados o inhibidores de frecuencia, y siempre tenían personas que realizaban labores para dar seguridad.
Para lograr evitar que les intervinieran la droga o el dinero habían practicado sofisticados dobles fondos en sus vehículos que les permitían transportar la cocaína o el dinero de manera segura.