La lucha de una madre de Toledo por su hijo con autismo que lleva más de 55.000 firmas
El menor necesita un auxiliar técnico educativo y, tras varios informes negativos de la Consejería, sigue sin recibirlo.
9 noviembre, 2021 13:57Óscar es un niño de 4 años que sufre trastorno del espectro autista. Sus padres solicitaron el pasado mes de abril un auxiliar técnico educativo (ATE) para sus clases en el CEIP Ribera del Alberche, de Calaberche, en Santa Cruz del Retamar (Toledo), municipio donde viven. Desde entonces, han pasado ya ocho meses y, por el momento, no ha recibido la ayuda que le corresponde por ley.
Por ello, su familia ha registrado una petición en la plataforma change.org, para solicitar, de nuevo, la concesión del auxiliar técnico necesario a la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha y a la Dirección General de Inclusión Educativa. Desde que se puso en marcha la petición, el pasado 25 de octubre, ya ha recibido más de 55.000 firmas.
El niño, según explica su madre, debido a su trastorno, tiene reconocida una discapacidad del 33%, no es autónomo, no habla, usa pañal y no controla sus esfínteres ni su fuerza, llegando a poner en peligro a sus compañeros cuando están jugando.
Tal y como denuncia la familia, el pequeño necesita “ayuda en muchos ámbitos”. Uno de ellos es en la alimentación. Óscar ha perdido, en los últimos meses, 2,5 kilos, debido a que el comedor tampoco cuenta con auxiliar.
Allí, “solo hay dos personas encargadas. Una de ellas reparte la comida y la otra controla a todos los alumnos. Así es imposible ofrecer una atención específica a Óscar. Me han prohibido contactar con la empresa de comedor porque, tras decir que estaban hablando con la directora para adaptar el aula, descubrimos que era todo mentira”, asegura.
En el mismo sentido, también, necesita que le cambien el pañal asiduamente, hecho que, ahora, están realizando sus padres, acudiendo al centro en su horario laboral.
“Estamos totalmente desmoralizados”
Tras la primera negativa de la Consejería, debido a que “tenían que valorar la situación”, la familia mandó un informe en marzo, que “tampoco sirvió de nada”. El último se envió a finales del tercer trimestre del curso pasado, para que la Auxiliar Técnico (ATE) se incorporase al principio del curso de 2021. Sin embargo, no recibió respuesta hasta el 4 de noviembre de 2021.
Unos días más tarde, en una conversación con personal de la Consejería, a la madre le comunicaron que “no era necesario ningún ATE, porque si el niño no controla los esfínteres es por la edad, si se levanta en clase y no hace sus tareas es lo normal y si no come es responsabilidad del centro”. Además, en esta conversación le afirman que la familia “no tiene que volcarse en la figura del ATE, ya que es gente no tiene ningún conocimiento sobre inclusión”.
Informes negativos
El hecho se complica todavía más debido a la negativa de la asesora que envió la Consejería para reconocer “la necesidad de Óscar”. En este punto, la madre explica lo ocurrido en el colegio. Uno de los hechos que más enfada a la familia es que la asesora valora que, pese a no controlar los esfínteres, “el niño lleva pañal y no se hace sus necesidades en los pantalones”, sin entender la obligación de sus padres para atender al niño, abandonando sus puestos de trabajo.
“Sobre la autonomía, la asesora afirmó que el niño camina, aspecto que la propia directora del centro calificó de erróneo ya que el joven no sabe a dónde se dirige, cuándo dirigirse y por qué. Óscar necesita que alguien le guíe”, expresa la madre.
Asimismo, destaca que la asesora vio al menor jugando el suelo y lo valoró como una “interacción”, pese al que solo estaba “en su mundo, sacando y metiendo juguetes en una caja”.
Por último, estimó que el niño decía algunas palabras. Según la madre, el chico tiene “ecolalias, que son repeticiones involuntarias sin sentido de algunas frases que ha oído y que le suenan bien”.
En este sentido, manifiesta que, con un ATE, su hijo podría recibir ayuda “en el control de esfínteres, en la comida, para aprender a ayudar a los demás o a controlar los nervios cuando en el aula ponen música”.
Tal y como expresa, el centro, la directora, Orientación Pedagógica, Terapéutica, Audición y Lenguaje, inspector de zona, Neurólogo, Psicólogo y Pediatra “apoyan la necesidad de un ATe, excepto la asesora”, hecho que preocupa de cara a los informes ofrecidos.
Sin “esperanza”
Por todo ello, la familia de Óscar está perdiendo la esperanza de que, finalmente, su hijo reciba un ATE. Lo único que le han dicho, hasta ahora, es que siga esperando y que "se calme".
Así, ante esta situación, ha comenzado esta recogida de apoyos en la web de activismo online. El número de firmas no para de subir. Veremos si la situación llega a buen puerto.