Las águilas entran en acción en la 'guerra del estiércol' entre dos pueblos de Toledo

La 'guerra del estiércol' continúa entre las localidades de Noez y Casabuenas en la provincia de Toledo. En los últimos meses les venimos informando de las discrepancias que están surgiendo tras la declaración, por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, de proyecto prioritario de la instalación de una planta de biogás que costará más de 8 millones de euros en el entorno del 'Cerro Pelao', un enclave dentro del término municipal de Noez pero a escasos dos kilómetros del casco urbano de Casasbuenas. Esta instalación se encargaría de transformar desechos orgánicos en biometano.

En su lucha para frenar la instalación de la planta, el ayuntamiento casasbuenero ha encargado un informe técnico del que aseguran se desprende que la llegada de esta empresa sería "letal" para aves protegidas que anidan en esta zona.

Según informa el Ayuntamiento de Casasbuenas, en el citado informe -que ya han remitido a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha- se detalla que el proyecto se ubica en una zona de "dispersión y área crítica" del águila imperial ibérica y del águila perdicera.

Concretamente, aseguran que "la parcela se encuentra a poco más de 700 metros de un nido activo de águila imperial, y a menos de dos kilómetros de dos plataformas de nidificación de la misma especie" y que incluso "la propia parcela alberga un posadero habitual de águilas" y milanos reales.

Respecto al águila imperial y al milano real, recalcan que están catalogadas como "especies en peligro" según el Catálogo Español de Especies Amenazadas, mientras que el águila perdicera está clasificada "en peligro de extinción" a nivel regional por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Además de estas rapaces, el estudio también muestra que en las cercanías del 'Cerro Pelao' se pueden encontrar aves esteparias como la avutarda y el sisón que la administración castellano-manchega considera "vulnerables".

Por todos estos motivos, el Ayuntamiento de Casasbuenas considera que la instalación de la planta sería "letal para todas estas especies debido al elevado riesgo de electrocución que entrañan las líneas eléctricas aéreas, así como el de atropello por el tráfico diario y continuo de camiones". A ello suman que el proyecto generaría "contaminación acústica, lumínica y atmosférica que expulsaría a estas especies de esta zona".

El Consistorio recuerda que la Ley de Conservación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha establece "una serie de prohibiciones en zonas de especies amenazadas y vulnerables", y que su quebrantamiento podría suponer un "presunto delito ecológico", por lo que advierten que como administración local emprenderían "las acciones legales oportunas si tales conductas prohibidas se llevasen a cabo".