La autovía A-42, que a través de sus 78 kilómetros conecta de forma directa la capital de España y Toledo, se ha convertido de un tiempo a esta parte en una auténtica pesadilla para los conductores que la utilizan en la zona fronteriza entre Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid. En el entorno de la pujante Illescas, localidad toledana en la que tienen sus almacenes logísticos varias de las multinacionales más potentes del mundo, los atascos son una constante en ambos sentidos de la circulación desde hace varios años.
Los datos del tráfico soportado por la carretera durante el año 2019, el último antes de la pandemia de coronavirus, permiten hacerse a la idea del problema de saturación que sufre la vía a su paso por poblaciones del sur de Madrid como Torrejón de Velasco o Torrejón de la Calzada y del norte de Toledo como Yeles o la propia Illescas. Allí, los cuatro carriles -dos por sentido- de la A-42 soportaron una intensidad media diaria de 88.585 vehículos, de los cuales 6.568 fueron pesados. Es decir, más de un coche, camión, furgoneta o moto por segundo. Cuando el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana haga públicas las cifras de 2022, el primer ejercicio de normalidad pospandémica, con total seguridad habrán crecido.
"Hace unos años, si querías ir a Madrid, la retención empezaba en Parla. Ahora ya hay atasco antes de llegar a Illescas", asegura Daniel Pérez, vecino del pueblo y vocal de AESI, un asociación vecinal que defiende los intereses del barrio de 'El Señorío'. "Al ir abriendo nuevas empresas, con todos sus trabajadores y la gente que se viene a vivir aquí, la autovía se ha ido saturando. Ahora te encuentras retenciones a cualquier hora", denuncia.
Manuel Madruga, secretario general de la Federación Empresarial Toledana (FEDETO), coincide en el análisis de la situación: "Lo venimos diciendo desde hace tiempo. La A-42 se ha quedado obsoleta como infraestructura y no tiene capacidad para absorber todo el tráfico que ha provocado el positivo explotón que ha pegado el polígono industrial de Illescas". No exagera el representante de la patronal. En terreno illescano, pegados a la autovía Madrid-Toledo, a lo largo de los últimos años han abierto gigantescos centros de almacenaje y distribución compañías como Amazon, Michelin, Dia, Seur, Toyota, Correos Express, Zalando o H&M, entre muchas otras. Un maná que ha hecho que la población de toda la comarca de La Sagra "se ha visto incrementada de una manera muy importante", en palabras de Madruga.
"Se nota que la gente se viene para acá porque hay más trabajo. Y hay mucho, mucho, mucho tráfico", explica María José Ruiz, alcaldesa de Yeles y presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Sagra Alta, en pleno meollo de la congestión circulatoria. Y las retenciones no solo afectan a la A-42, sino que en las horas de entrada y salida al trabajo se colapsan también vías secundarias como la CM-4010, desde la que se accede a varias de las plataformas logísticas. "Si hace unos años me dicen que iba a ir en caravana desde la salida de mi pueblo hasta llegar a Illescas, no me lo creo. Antes lo hacía en 10 minutos y ahora he llegado a tardar 45. De Yeles a Madrid, en hora punta, se te van dos horas", lamenta la alcaldesa. Sin tráfico, recorrer los 41 kilómetros de distancia que separan ambos municipios no debería suponer más de 40 minutos.
Tercer carril, descartado
Pese a que en el cinturón sur de la capital de España, a su paso por localidades como Parla o Getafe, el tráfico de la A-42 se multiplica hasta intensidades medias diarias de casi 145.000 vehículos, en esa zona la vía tiene una mayor absorción del tráfico puesto que cuenta con tres carriles por sentido. Por eso, tanto la Comunidad de Madrid como el PP de Castilla-La Mancha han solicitado formalmente al ministerio competente, que comanda Raquel Sánchez, la ampliación de ese tercer carril no solo hasta Parla, sino hasta la comarca de La Sagra toledana.
Carolina Agudo, senadora por Toledo y secretaria general del los 'populares' castellano-manchegos, interpeló recientemente sobre este asunto a la ministra en la Cámara Alta, aunque asegura que "no supo qué responderme". "Todos los municipios de La Sagra y del sur de Madrid están de acuerdo en que hay que construir ese tercer carril, porque quienes lo sufrimos sabemos que diariamente se produce el colapso de la A-42 a la altura de Illescas. Es una locura coger el coche a primera hora de la mañana. No sabes el tiempo que vas a tardar en llegar a Madrid, pero por ahora las soluciones son cero y dudamos mucho que el Ministerio tenga algún proyecto previsto", critica Agudo.
El alcalde de Illescas, el socialista José Manuel Tofiño, es mucho más optimista. Aunque en el pasado también solicitó insistentemente al Gobierno de España la creación del tercer carril, esa guerra la da por perdida y en los últimos meses ha cambiado de estrategia. El Ministerio de Transportes, tanto él como a su homóloga de Yeles y otros alcaldes de la zona, les ha explicado en varias reuniones que no hay espacio material para que la A-42 crezca a lo ancho. Técnicamente, dicen, es imposible ampliar la capacidad de la vía. Sin embargo, Tofiño y Ruiz coinciden en que la predisposición ministerial para explorar otros soluciones es "muy buena".
AP-41 y trenes de Cercanías
Desde el Ministerio apuntan en dos direcciones como alternativa para mejorar la movilidad en el sur de la Comunidad de Madrid y el norte de la provincia de Toledo. "La AP-41 y las Cercanías son posibilidades sobre las que no podemos dar más datos, dado que estamos en una fase de estudio y valoración", responden vía correo electrónico a este periódico. Por un lado, se refieren a la posible liberalización de la autopista de peaje Madrid-Toledo, que hoy por hoy forma parte de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT) tras quebrar y ser rescatada en 2019 por el Gobierno de España. Por otro, a la ampliación de la línea ferroviaria C-5 de Cercanías desde Humanes (Madrid) hasta Illescas.
"Se está desarrollando un profundo análisis del tráfico y movilidad en el corredor Madrid-Illescas, cuyo objetivo es estudiar el comportamiento del tráfico en la zona, apoyándose en herramientas como el Big Data, y cuáles pueden ser las soluciones más adecuadas a los problemas de movilidad. Estos análisis, que están en proceso, servirán como ayuda en la toma de decisiones", afirman desde el Ministerio, que asegura mantener "un estrecho contacto con las administraciones, como es el caso del Ayuntamiento de Illescas, en la búsqueda de una movilidad más segura y sostenible".
Es algo que corrobora el propio regidor illescano. José Manuel Tofiño explica a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM que él mismo o alguien de su equipo, "como una gota malaya", llaman al Ministerio "todos los días" en busca de soluciones. Y su sensación es que la negociación, aunque todavía no ha encarado su fase definitiva, marcha bien. Hay entendimiento. "Esperamos en un plazo breve de tiempo tener noticias positivas que dar", dice, aunque por el momento prefiere no hablar de plazos concretos.
Posibles bonificaciones
Reconoce que el "objetivo final" es conseguir la gratuidad total de la AP-41, que también une Madrid y Toledo en paralelo a la A-42, para que funcione como "tercer y cuarto carril" de la saturada autovía. Hoy por hoy, pese a ser rescatada con dinero público, por la autopista de peaje no pasa casi nadie y está prácticamente muerta de risa. Tiene un tráfico diario que ronda los mil vehículos en el entorno de Illescas, 90 veces menos que su 'hermana' de balde.
"Tenemos dos autopistas ya construidas: la AP-41 y R-4. ¡Por allí no pasa nadie! Yo solo las utilizo cuando la A-42 está muy, muy saturada. ¿Qué pasa? Que es mucho dinero. Nadie puede pagar 10 euros al día por ir a trabajar a Madrid", asegura Daniel Pérez, el vecino del Señorío de Illescas y vocal de AESI. Actualmente, el precio a pagar por la utilización de la AP-41 es de 5,70 euros para vehículos ligeros y de hasta 11,40 euros para los pesados, siempre que se haga el trayecto Madrid-Toledo completo, o viceversa.
El alcalde Tofiño, que entiende a la perfección la demanda de vecinos y trabajadores, se esfuerza en que el Ministerio baje los precios lo antes posible. Negocia bonificaciones para todos aquellos usuarios -tanto particulares como profesionales- que entren o salgan de la autopista de peaje en el término municipal de Illescas y su entorno. "Estamos negociando cómo hacerlo, porque queremos favorecer la utilización de la AP-41 por parte de todo el mundo. Ahora casi no se usa y es por el precio", señala. Y cuando dice todo el mundo es todo el mundo, porque hay normativas europeas que complican este tupo de bonificaciones para los vehículos pesados. Ahí está uno de los principales escollos.
Transporte público
Pero, más allá de que los coches y camiones se repartan entre la A-42 y la AP-41 en un futuro cercano, Illescas y la comarca toledana de La Sagra necesitan un transporte público adecuado para el volumen de población que han alcanzado en los últimos años. Hoy por hoy, no lo tienen. La línea de autobús Madrid-Toledo solo pasa una vez cada hora y los trenes de Cercanías no llegan hasta allí. La línea C-5 (Madrid-Humanes) muere 20 kilómetros al norte.
"Estamos buscando una solución global a la movilidad. Nos llevamos una gran alegría cuando la ministra dijo que se iba a electrificar el tramo Madrid-Plasencia porque significaba que, de alguna manera, se estaba posibilitando la llegada del Cercanías a Illescas", cuenta Tofiño. Mientras que esos planes acaban por concretarse, y no va a ser de la noche a la mañana, lo que se está estudiando a corto plazo es aumentar las frecuencias de los trenes regionales que unen Illescas con Fuenlabrada, donde las opciones para llegar hasta Madrid capital se multiplican. "Esto es lo que nosotros hemos llamado trenes lanzaderas y si alguno de ellos pudiera entrar directamente en Atocha ya sería la leche", dice el alcalde illescano. Aunque, de nuevo, tampoco hay plazos concretos a los que aferrarse.
"¿Cuántas veces se ha iniciado el estudio medioambiental del ferrocarril? Hombre, ya está bien. Gracias a la iniciativa privada están llegando a Illescas y a la comarca grandísimas empresas que están enriqueciendo la zona. Ahora, tanto ellas como sus trabajadores, necesitan una serie de infraestructuras de forma inmediata. El Gobierno de España debe darse cuenta de que es urgente", afirma Manuel Madruga, el secretario general de la patronal toledana.