Charlie, un cocodrilo enano de nueve años que vive junto a su dueño en un núcleo zoológico de la localidad de Torrijos (Toledo), se ha librado de convertirse en el primer animal decomisado al amparo de la Ley de Protección de Derechos y el Bienestar de los Animales después de que la orden prevista para este jueves haya quedado en suspenso.

Como habían notificado a su dueño, a primera hora de la mañana los agentes de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) han acudido a la tienda de animales exóticos de Fran Torres para llevarse a este reptil de la especie Osteolaemus Tetraspis.

La orden de decomiso tenía su origen en una inspección realizada por agentes del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) junto a personal especializado que certificaron que el animal supera los dos kilos de peso, la barrera que estipula la nueva ley para la tenencia de reptiles.

El dueño del cocodrilo Charlie, Fran Torres, hablando con los agentes que acudían a su tienda a decomisar el animal

Sin embargo, Torres ha denunciado que el personal que asistió al SEPRONA en la inspección no se identificó con arreglo a la normativa vigente en el acta. 

"Solo dos de las ocho personas que participaron en la inspección se identificaron adecuadamente", advertía en unas declaraciones a la web interempresas.net, en las que expresaba su preocupación sobre "la legalidad y transparencia del procedimiento". 

Esta presunta irregularidad y la advertencia tanto de Torres como de su letrada sobre las consecuencias que podría acarrear el traslado al estado de salud de Charlie, han llevado finalmente a los agentes a no ejecutar el decomiso de la mascota. 

La presencia de los miembros de CITES no ha estado exenta de tensión. Según ha reconocido el dueño del animal a Europa Press, no sabe si al proceso -que sigue su curso- le añadirán una denuncia por desacato por haber impedido el acceso al lugar donde se encontraba el cocodrilo.

"En ningún momento han querido hablar con nosotros ni entrar en razón. Ni siquiera nos han dicho qué animales se querían llevar. Es mi mascota. No solo yo lo voy a pasar mal sino que él va a acabar muriendo", ha lamentado Torres.

La duda de si iban a llevarse más animales

En sus explicaciones a los periodistas, Torres ha asegurado que los agentes contaban con una lista en la que se encontraban una veintena de animales como geckos o serpientes.

"En ningún momento han querido hablar con nosotros ni entrar en razón. Ni siquiera nos han dicho qué animales se querían llevar", explicaba.

No obstante, su principal miedo es que Charlie pueda morir si le separan de él: "Aquí está en un estanque de cuatro por tres metros que nos ha costado un dineral y que está adaptado al doble de capacidad de la que necesita. Cuando le cambiamos a esta instalación, con moverle 100 ó 200 metros estuvo un mes sin comer."

Por su parte, Rosa Díaz, letrada que ha asesorado a Torres, ha argumentado que el proceso "no ha sido el adecuado" porque para notificarle una sanción "se le tendrán que notificar los preceptos que consideran que ha vulnerado, se le tendrá que dar un plazo para hacer alegaciones y posteriormente se tendrá que resolver con una sanción, pero incluso todo esto luego es recurrible en vía judicial".

"Nada de esto se ha hecho, sino que lo que se hizo fue un acta de intervención del Seprona y, posteriormente, se ha aplicado lo que entendemos, porque tampoco me lo han dicho exactamente, una medida cautelar conforme a dos normativas, una la normativa Cites y otra la nueva Ley de Bienestar Animal", ha detallado.

Fran y Charli también han contado con el apoyo de la Federación Fauna. Luis Olmedo, miembro de su junta directiva, ha cargado con dureza contra una ley que ha calificado de "desastre" y que "ha batido todos los récords de nuestra democracia en cuanto a la que más protestada ha sido, la que más consultas ha llevado e incluso la más desobedecida".