La Catedral de Toledo empieza a prepararse para celebrar en 2026 el octavo centenario del inicio de su construcción. Hace ahora casi ocho siglos, el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada y el rey Fernando III el Santo colocaban la primera piedra del templo primado sobre los cimientos de una basílica visigoda, una efeméride que el Cabildo y las instituciones locales y regionales quieren celebrar por todo lo alto.

Además de los actos de carácter religioso y cultural que se están preparando, los promotores del centenario también trabajan para acelerar los próximos trabajos de restauración en los que participará un equipo multidisciplinar que ya se encargó en 2019 de la rehabilitación de la Sala Capitular y que está liderado por Antonio Sánchez Barriga, conservador de la Catedral desde 1999.

La rehabilitación del zaguán y de la portada de acceso a la Sala Capitular y la consolidación de las pinturas y del retablo del Transparente son las intervenciones ya autorizadas. El Ayuntamiento de Toledo ha concedido al Cabildo catedralicio sendas licencias de obra.

Zaguán de la Sala Capitular donde se va a restauran las pinturas de Juan de Borgoña, su artesonado y las yeserías.

Zaguán de la Sala Capitular donde se va a restauran las pinturas de Juan de Borgoña, su artesonado y las yeserías.

En busca de patrocinadores

Los permisos fueron aprobados en la Junta de Gobierno del pasado 11 de junio en la que también se acordó una bonificación del 75% del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) al haber sido declarada la intervención de “especial interés y utilidad municipal’ al encontrarse incluido el inmueble en el nivel de protección ‘M’.

La inversión conjunta de ambas actuaciones asciende a 902.331,3 euros, una cantidad para la que los responsables de la Catedral buscan aún financiación de organismos públicos -los proyectos se han presentado a la convocatoria del 2% cultural que aún no se ha resuelto- y fundaciones privadas, ya que, de momento, sólo disponen de la mitad de las aportaciones necesarias.

Aunque el Cabildo no dispone aún de todo el dinero necesario para acometer los trabajos, las obras empezarán en las próximas semanas por la puerta gótica de acceso a la Sala Capitular. En el conjunto despuntan las esculturas de Copín de Holanda, que firma las tres imágenes de piedra que lo coronan: la Virgen con el Niño, flanqueada por san Juan Evangelista y Santiago.

La actuación consistirá en la limpieza de las esculturas, así como la recuperación de las policromías y del dorado original, que se encuentra debajo de la pintura que se aplicó en el siglo XVIII, en época del cardenal Lorenzana.

Asimismo, también está previsto intervenir en dos vidrieras -que formaban parte de la antigua capilla de Santa Isabel de Hungría-, y que están situadas en la parte derecha de la portada. Ambas se hallan en muy mal estado. Cuando se monten los andamios, los restauradores intentarán determinar si una de ellas es obra del maestro Pedro Bonifacio, ya que la otra se sospecha que es posterior.

Detalle de las pinturas del Transparente. Foto: Antonio Sánchez Barriga.

Detalle de las pinturas del Transparente. Foto: Antonio Sánchez Barriga.

Zaguán de la Sala Capitular

El proyecto también incluye actuar sobre la antesala Capitular, un conjunto de pinturas murales, artesonado y mobiliario de gran significación para el conocimiento de la introducción del Renacimiento en España.

El zaguán capitular fue edificado por Enrique Egas y Pedro Gumiel entre los años 1504 y 1512. Su interior es de estilo Cisneros, combinación del gótico flamígero y el último mudéjar.

El espacio tiene forma rectangular y, en la actualidad, sus laterales están cubiertos por dos grandes armarios que guardan las actas capitulares. El del muro izquierdo, encargado por el cardenal Silicio, fue labrado entre 1549 y 155 por Gregorio Pardo, ayudante del escultor Felipe Vigarny. El situado en el muro de enfrente es una copia del anterior realizada en 1780 realizado por Gregorio López.

Ver completas las pinturas de Juan de Borgoña después de 272 años

El proyecto incorpora la posibilidad de desmontar el armario colocado en el siglo XVIII con la intención de poder ver completas las pinturas de Juan de Borgoña después de 272 años. Durante cerca de casi tres siglos la parte baja de los murales ha estado tapada por ambos aparadores. El otro armario, en principio, no se tocará debido a la complejidad que acarrea su desmontaje por su construcción con espigas embutidas y colas de milano.

Las pinturas del zaguán se extienden por una superficie de 150 metros cuadrados. Su restauración consistirá en retirar las diversas capas de óleo que se han ido dando a lo largo de los siglos. El objetivo es claro: recuperar las pinceladas originales. Conocidas como el ‘Jardín florido de la Virgen’ por su decoración vegetal fueron realizadas en 1511 por Luis Medina, Diego López y Alonso Sánchez, siguiendo las trazas del maestro Juan de Borgoña.

También se actuará sobre el artesonado, que presenta un mal estado de conservación y está falto de brillantez por las numerosas capas de colas orgánicas y barnices aplicados a lo largo del tiempo.  Por último, se limpiará la yesería de la puerta que da paso al cabildo nuevo y que fue realizada por Pablo del Río y Gutierre de Cárdenas.

El coste de la intervención en el zaguán y en la portada de acceso a la Sala Capitular asciende a 399.588,7 euros.

Portada de acceso a  la Sala Capitular. Foto: David Blázquez

Portada de acceso a la Sala Capitular. Foto: David Blázquez

Pinturas del Transparente

Tras la reparación de la cubierta del Transparente de la Catedral de Toledo abordada en 2022 por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que permitió recuperar su estanqueidad y su estabilidad estructural, frenando el deterioro de la decoración interior de este singular elemento, llega el turno ahora a la limpieza y consolidación de sus pinturas, que se encuentran en mal estado.

La restauración eliminará los numerosos repintes realizados al temple, el último realizado en 1965 y que alteró todas las figuras, y procederá a la reintegración de las pinturas murales a la cal.

Las obras, que tienen un presupuesto de 509.742,60 euros y para las que el Cabildo sigue buscando financiación, incluyen también la restauración del retablo de mármol del trasaltar.

El Transparente de la Catedral de Toledo es la obra más famosa realizada por Narciso Tomé, arquitecto, escultor y diseñador, que desde 1721 hasta 1732, tuvo el atrevimiento de perforar un plemento de una de las bóvedas de la girola, creando un rompimiento que finalizaba en una Gloria de relieves esculturas y pinturas murales de nubes, ángeles y pasajes bíblicos.

Todo ello, para iluminar con luz natural y directa el retablo situado en el lienzo central del trasaltar mayor y construido con materiales nobles de mármol y oro. En su centro está un óculo con rayos de sol, que sirve para transmitir luz al camarín donde está el Sagrario.