Gálvez (Toledo) se echa a la calle para celebrar San Antón al calor de las lumbres
El pasado sábado por la noche más de 160 lumbres iluminaron la localidad toledana de Gálvez, quemando más de 3.000 kilos de leña por hoguera y abarrotando de “sanantones” todos los rincones de la localidad en esta centenaria fiesta.
A mediodía tuvo lugar la santa misa y tradicional bendición de animales, en una jornada que vio las luces del alba al calor de la vecindad en sus hogueras, amenizadas por los sanantones y charangas. Con el objetivo de continuar impulsando la fiesta, a las nueve y media de la noche hubo degustación popular gratis de productos del cerdo para todos los vecinos, amigos y visitantes que se acercaron a compartir esta centenaria y hospitalaria tradición galveña.
En la madrugada del sábado se llevó a cabo por parte de los vecinos el tradicional y llamativo cortejo de “sanantones”. Es el momento en el que centenares de galveños de todas las edades y condiciones se visten en “sanantones”. Este llamativo disfraz consiste en ocultar el rostro, cuerpo, manos, pies e, incluso los andares y ademanes típicos de cada persona, detrás de unas vestimentas caracterizadas por ser harapos, ropa vieja y ajada complementada, adornados con cencerros, que impiden conocer al disfrazado. No se habla, ni se toca. Nadie en la noche mágica reconoce al “sanantón” que misteriosamente se ha acercado a su lumbre. Ocultar la identidad es el objetivo de cualquier buen “sanantón”. Así se “corre el sanantón”, de lumbre en lumbre, comiendo y bebiendo. Sonrisas, sorpresas, sustos y buen ambiente se apoderan de Gálvez durante la noche, que también contó con distintas charangas de madrugada para amenizar esta peculiar velada en las calles.
Tras estas primeras horas de la noche, la celebración continuó con la actuación de una orquesta en la carpa que se instaló en la Plaza para disfrute de todos.
Otra característica de esta Fiesta es su carácter hospitalario. Rememorando al antiguo guarro de San Antón que se criaba en las calles para después formar parte de la alimentación de sus vecinos, con la misma generosidad los galveños acogen en sus lumbres a los visitantes que durante la noche del 19 acercan a Gálvez. Disfrutaron y fueron contagiados del espíritu hospitalario de los galveños, degustando los diferentes productos típicos que se elaboran en la comarca, así como la rica y variada gastronomía derivada del cerdo, principalmente.