Drogan en una discoteca a la escritora Lucía Etxebarría con un fin muy concreto
Lucía Etxebarría ha vivido una experiencia traumática. Afortunadamente para ella, ha salido bien parada. Eso sí, la escritora valenciana ha indicado que nunca había sentido un dolor de cabeza tan terrible, que vomitaba y que se desmayó después de que alguien le echase una extraña sustancia en la copa con un motivo muy claro, "fue para robarme, no para violarme".
Incluso sabe que lo que la echaron "no fue burundanga", antes de recordar cómo ocurrió todo, "fui a una fiesta en una discoteca en Madrid, de repente me puse fatal, fatal, me caí al suelo y gracias a que estaba con dos amigos, que me sacaron...". A partir de ahí empezó a sentir ese dolor de cabeza y se fue a un centro de atención primaria, "me hicieron un análisis de sangre. La burundanga no se detecta, pero la benzodiacepina sí".
En esa atención primaria le dijeron que reciben a montones de personas así pero que hay mucha gente que no se da cuenta y que piensa: "Es la resaca de mi vida, he mezclado, me han dado garrafa"... La ganadora del premio Nadal advierte que "si a alguien le ocurre, el primer síntoma es un dolor de cabeza que no has tenido en tu vida, vomitaba sin parar, me desmayé, tuve la gran suerte, gracias mis amigos, que me sacaron, pero me caí redonda y soy una señora mayor".
Si algo ha sacado en claro de la experiencia es que va a intentar poner remedio para que no la vuelva a suceder algo parecido, "a partir de ahora, sitio al que voy, las copas las pido yo y tapo la copa". La escritora sí recuerda cómo fue todo, "había dos chicas hablando conmigo. Me decían: 'He leído tus libros, no sé qué... No fue en la barra, fue a la salida del cuarto de baño. Luego me contaron que no era para violarme sino para robarme o para hacer la gracia, y las chicas estaban haciendo de cebo".
La escritora denunció a primeros de enero un episodio de su pasado hasta la fecha desconocido, poniendo de relevancia los problemas en materia de violencia contra las mujeres existentes en la sociedad. En una columna publicada en El Periódico recordaba que "hace 13 años un hombre me violó a punta de navaja en una playa en Marruecos, tras lo cual había semen en mi falda y entre mi piernas".
Lo peor fue que "la policía encontró a ese hombre, no le pasó nada, nadie me creyó a mí", así como que "alguien en el consulado me dijo que yo tenía suerte porque sólo me había violado y no me había matado, que podía considerarme afortunada". Según dijo, "cuando lo cuento, la gente me dice que no me exponga tanto, por lo que me pregunto si debo avergonzarme de haber sido violada". Lucía Etxebarría subraya que "estoy harta de que a las mujeres nadie nos crea y de que tantas mujeres consideren que no se puede hablar de eso".