A la hora de viajar siempre es un placer llegar al destino y saber que hay un bar de toda la vida en el que vamos a estar de maravilla, con precios asequibles y con productos locales para sumergirnos en las raíces y en la cultura del territorio. Y eso son los 'Soletes para perderse', una nueva distinción a esos lugares amables donde se lleva haciendo lo mismo muy bien durante años sin esperar condecoraciones.
Con motivo de la Semana Santa, la Guía Repsol ha propuesto 300 nuevos 'Soletes para perderse' en pequeñas poblaciones del país. Restaurantes, bares, cafeterías y hasta fast good en los que sentarse a comer o tomar algo sin prisa. Casas de comidas con guisos tradicionales, asadores con su propia carnicería, hornos donde comprar esas magdalenas de las que habla toda la comarca o un diminuto local para probar dulces típicos en un pueblo de menos de 200 habitantes.
En Castilla-La Mancha, un total de 22 establecimientos distribuidos por las cinco provincias han obtenido este reconocimiento por sus propuestas culinarias, su entorno natural y su trato tan cercano.
Los 22 motivos para perderse en Castilla-La Mancha
En Albacete, han recibido una distinción de este tipo La Taberñita (Casas Ibáñez), Los Ángeles (Higueruela), Mesón El Pozo (Liétor) y El Moreno (Elche de la Sierra).
En Ciudad Real, Bar La Noria (Puerto Lápice), Mascaraque Olivo (Herencia), Mesón Benito (Brazatortas), Hermanos Medina (Puebla del Príncipe), Tapería Vinoteca La Plaza (Arenas de San Juan) y Bar El Nabo”(Argamasilla de Alba).
En Cuenca, La Venta de los Montes (Cañada del Hoyo), La Casita de Cabrejas (Fuentenava de Jábaga) y Mesón Nelia (Villalba de la Sierra).
En Guadalajara, Bajá (Sigüenza), A la Finca (Brihuega), Q Rica Taberna (Corduente), El Descansillo (Valhermoso) y Princesa Elima (Brihuega).
Por último, en Toledo han sido reconocidos con un 'Solete para perderse' el Hostal Concepción (La Mata), Dáviro (Oropesa), La Sartenilla (Las Ventas con Peña Aguilera) y La Almazara de Alcabón (Alcabón).