Felipe González no se cree la “segunda transición” que promete Albert Rivera. Según el expresidente del Gobierno, esa frase ya la ha oído antes. Es “exactamente lo que decía Aznar con Rato y Rajoy hace 20 años, en el [año] 95”. Aunque sólo la Historia juzgará si su sucesor en la Moncloa alcanzó su pretensión, lo que no admite duda es que Aznar ganó las elecciones en 1996 y acabó con más de 13 años de Gobierno socialista.
El de este martes era el primer mitin de González en esta campaña. Habló ante unas 500 personas en Vicálvaro, al sur del centro de Madrid.
En el lugar escogido, un polideportivo del que se usó menos de la mitad de la pista, había un gran número de personas mayores, de la generación a la que pertenece el propio González. Fue el más aplaudido de los oradores, especialmente al criticar que el Gobierno de Mariano Rajoy ha consumido cerca de la mitad de los 70.000 millones que en 2011 había en la hucha de las pensiones.
Contento por Venezuela
En su intervención, González criticó muy duramente a los partidos emergentes. Tras decir que estaba “contento” por la victoria de los antichavistas en Venezuela, el expresidente cargó contra “los que hablan de puertas giratorias”, porque “se han olvidado de lo que cobraban por asesorar a ese Gobierno”. Esa era la de González a Pablo Iglesias por criticar durante el debate a cuatro su presencia en la dirección de Gas Natural.
González ha asegurado que jamás ha cobrado por asesorar a Gobiernos extranjeros y que los que lo han hecho no pueden “pretender representar a los ciudadanos españoles”. “Lecciones, las justas”, ha advertido, de “Muchachos que dicen que son nuevos, que reclaman de no sé qué principios que son nuestros” y luego facturan servicios al Gobierno venezolano.
González también ha cargado contra Ciudadanos por querer cerrar el Senado. “Quieren convertir España en un reino de tafias donde cada uno va a lo suyo”, ha lamentado.
Un Congreso “a la italiana, pero sin italianos”
Según el expresidente del Gobierno, que evitó citar en todo momento a Rivera e Iglesias, “vamos estar en enero o febrero en una cámara a la italiana, pero sin italianos para gobernarla”, auguró. Con esa referencia aludía a la fragmentación política que pueda hacer ingobernable el país.
González habló durante unos 40 minutos y no sólo sobre los partidos emergentes. También se refirió a asuntos como el terrorismo la construcción europea o la situación macroeconómica, sin generar un gran entusiasmo.
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