"Ninguno de los partidos españoles podría funcionar en Alemania o en Gran Bretaña". Para Antonio Gómez Yáñez, profesor de Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid, la elaboración de las listas electorales que ahora se ultiman para el 20-D es "un festival de la cooptación" que sería fácilmente evitable con una nueva ley de partidos. Es lo que propone en un informe Más Democracia, una iniciativa ciudadana que ha hecho un ranking de calidad democrática de los partidos políticos en España.
El funcionamiento interno en cuanto a los derechos de los afiliados o la información sobre los partidos es también deficiente y síntoma de una "democracia dañada", según el investigador, uno de los autores del documento presentado este martes. "Hay una palabra en inglés que se llama accountability que no tiene traducción al español por la poca cultura de rendir cuentas", lamenta Emilia Sánchez-Pantoja, presidenta del colectivo. Los partidos nuevos, como Podemos y Ciudadanos, sí tienen un impulso regenerador más claro, pero no suficiente, según el estudio, en el que también ha participado Manuel Villoria, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos.
La evaluación suspende a todos los partidos menos a dos, el BNG (5,7) y Podemos (5,5). El PSOE se queda en el 4,3, Ciudadanos en el 4 y el PP empata con Unió Democrática de Catalunya, en el 2,3. Pero "la solución es sencilla: copiar" iniciativas que funcionan en otros países.
1.- Celebrar congresos cada año o dos
Es "uno de los indicadores más relevantes" y "ningún partido español lo cumple" sino que "todos celebran sus congresos cada tres o cuatro años, con lo que eso conlleva de estabilización de las cúpulas partidarias y reducción de las posibilidades de supervivencia de alternativas a la dirección que no se basen en plataformas de poder territorial", según el informe.
En otras palabras: no celebrar congresos abiertos con regularidad apuntala los llamados "aparatos" de las formaciones: estructuras de poder que tienen posturas homogéneas o, en los peores casos, dictadas exclusivamente por los dirigentes más relevantes.
"Hay algún partido que últimamente se ha encontrado con más legislaturas que congresos", lamenta Gómez Yáñez. Esta es una de las principales causas de la distancia entre los partidos y la sociedad, según el colectivo.
2.-Elegir a (todos) los candidatos por voto directo
El proceso de elaboración de listas es un "festival de la cooptación". A poco más de un mes de las elecciones generales, el PP no ha decidido las suyas. El proceso es jerárquico y depende fundamentalmente de los principales dirigentes del partido.
En otros partidos se ha establecido una "convocatoria de primarias para elegir al primero de la lista", pero "lo que después viene en la designación o cooptación de restantes integrantes" en una "pugna entre dirección regional y nacional", según Gómez Yáñez. Es lo que ocurre en el PSOE, muy especialmente en la lista de Madrid, donde han aterrizado algunos paracaidistas, como Irene Lozano, contra el criterio de las bases socialistas.
En otros partidos, como en Podemos, sí hay primarias, pero se eligen por planchas (es decir, agrupados), una solución que tampoco es ideal.
3.- Vincular a los distritos la elección de cargos
Para los investigadores, la elección debería ser abierta y "en los distritos" para permitir que no haya dedazo y que los candidatos están más pendientes de la calle que de agradar al jefe.
Un ejemplo es Jeremy Corbyn. El nuevo líder laborista británico ha permanecido en su escaño durante treinta años porque tenía el apoyo de sus vecinos pese a representar opciones políticas muy alejadas de la línea imperante en el partido.
Los que en España expresan críticas internas corren el riesgo de "desaparecer en la próxima ronda, congreso o lista electoral", independientemente del apoyo popular que tengan. Para el profesor de la Carlos III, el caso de Corbyn es simplemente inimaginable en España.
4.-Reuniones internas fijadas por ley
"El Comité Federal del PSOE es estéril, todos los sabemos", según Gómez Yáñez. La Junta Nacional del PP, por su parte, sólo se ha reunido una vez en toda la legislatura sin que hubiera ninguna decisión en la que pudieran intervenir los dirigentes.
La ausencia de reglas claras sobre los órganos de debate permiten que la discrepancia rara vez se exprese en los partidos, según el colectivo. Una ley que regulase el funcionamiento interno de los órganos de control permitiría una fiscalización real de la gestión de los dirigentes.
En el Reino Unido y otros países, los partidos celebran una conferencia anual, en septiembre u octubre, donde se toma el pulso de la organización, algo que no está sistematizado en España.
5.-Garantizar los derechos de los afiliados
En España, las direcciones de los partidos tienen un gran margen de maniobra para expulsar a los afiliados. Aunque los estatutos de los partidos prevén cauces y causas, los afiliados no pueden acceder a sistemas "ni internos ni judiciales" que les permitan recurrir, según los investigadores. Esa situación es insólita respecto a otros países europeos.