Ciudadanos ha presentado su propuesta de reforma institucional para la próxima legislatura. Tras meses de inconcreción, Albert Rivera ha detallado algunas de sus propuestas. La ley electoral era una de las más importantes. Por primera vez en décadas, el próximo Congreso tiene opciones reales de retocar el sistema electoral español. Rivera ha dicho que su modelo es el alemán. El Congreso estaría dividido en dos: 175 escaños se escogerían en circunscripciones uninominales y 175 con listas de partido como ocurre hasta ahora. Los ciudadanos votarían por tanto dos veces. Aunque fuentes del partido dicen que todo está por consensuar después de las elecciones, es la propuesta más concreta que tenemos de un partido con aspiraciones de gobierno.
La reforma electoral es sólo una de las propuestas del documento que Ciudadanos ha presentado en Cádiz, sede de la primera Constitución española de 1812. Su propuesta estrella es la supresión del Senado y la creación en su lugar de una Conferencia de Presidentes Autonómicos, como adelantaba el sábado EL ESPAÑOL. Ciudadanos aspira también a eliminar el Consejo Superior del Poder Judicial, el aforamiento de los cargos públicos y sancionar las puertas giratorias. En el ámbito autonómico quiere blindar las competencias del Estado y asegurar una financiación equilibrada sin conciertos especiales para vascos o navarros.
Cómo funciona el modelo alemán
En Alemania un ciudadano vota dos veces: al diputado de su circunscripción y a su partido preferido. El número de escaños totales que consigue cada partido depende del segundo voto, a las siglas. Por ejemplo, si Ciudadanos logra 60 escaños como partido y obtiene solo 40 diputados en las circunscripciones, entrarán esos 40 y los siguientes 20 serán de la lista que haya presentado el partido. ¿Pero qué pasa si a un partido le tocan 60 escaños por listas y tiene 65 diputados por circunscripción? En ese caso el Parlamento alemán amplía en 5 escaños su tamaño. Desde Ciudadanos advierten que en España eso no ocurrirá: habrá siempre 350 escaños. En conversaciones con EL ESPAÑOL, desde el partido no han sabido aclarar cómo se lograría mantener la proporcionalidad sin esa ampliación del Congreso.
Las tres mejoras que busca
El sistema alemán persigue tres mejoras respecto al sistema actual en España.
1. Acercar a los votantes y sus representantes. Los diputados que son elegidos en el distrito tendrán una relación directa con su electorado. “Los ciudadanos podrán ir a la oficina de su diputado”, ha dicho Rivera. El objetivo es que el puesto de esos diputados dependa del voto de los vecinos de su distrito y estén más atentos a sus intereses.
2. Aumentar la proporcionalidad. El segundo voto es para los partidos y se emplea para que el reparto de escaños sea proporcional al número de votos de cada formación. Si todos los diputados se eligiesen en los distritos, los partidos grandes lograrían la enorme mayoría y el resto de votos no lograrían representación. Así ocurre por ejemplo en Reino Unido. Un sistema mixto como el alemán logra una proporcionalidad mayor incluso que la actual en España. Para quienes creen que eso es beneficioso, esa es una de las ventajas del sistema.
3. Restar poder a los partidos en las decisiones electorales. Que una parte de los diputados necesiten ganar en su distrito sirve para que las estructuras de los partidos tengan menos influencia. Los partidos están obligados a presentar candidatos que despierten la simpatía de los votantes.
A esto último contribuye otro elemento de la propuesta de Ciudadanos que no viene del sistema alemán: el segundo voto sería con listas desbloquedas, según han contado a EL ESPAÑOL desde el partido. Los ciudadanos podrían así premiar con cruces a los diputados que más le gustan. Eso reduce aún más el poder de la cúpula de los partidos al proponer y ordenar diputados en una lista. Además es un modo de castigar a los corruptos que el partido quiera seguir presentando.
Los cuatro desafíos que implica
Pero la aplicación del modelo alemán en España enfrenta al menos cuatro desafíos que lo pueden hacer menos ideal de lo que parece.
1. Es complicado. Los sistemas electorales complejos penalizan la participación. El modelo español tiene esa ventaja: se entiende bien y el voto en todas las clases sociales es similar. El sistema alemán requiere una explicación de varios minutos. Es probable que algún lector de EL ESPAÑOL se haya perdido antes de llegar aquí. Es una dificultad.
2. Cómo se hacen las circunscripciones. El modelo alemán requiere 175 circunscripciones nuevas de unos 250.000 votantes en cada una. Para quien sea fan de la política americana, sabrá por qué es un problema: cada diez años hay en Estados Unidos una batalla política por redefinir las circunscripciones electorales de modo que favorezcan más o menos a un partido. La reforma electoral es ya bastante compleja por sí misma como para añadir ámbitos de discordia.
La creación de una zona donde haya muchas personas afines a un partido implica que serán seguras para esa formación. Si ocurre eso, el diputado del partido mayoritario en el distrito tendrá pocos incentivos para estar muy presente.
3. No garantiza diputados cercanos. Un sistema alemán puro no acerca a diputados y electores tanto como se presupone. En Alemania muchos diputados que compiten en un distrito van también en la lista del partido. Por tanto son repescados en caso de perder en su “barrio”. A los candidatos puede seguir importándoles menos convencer a sus vecinos que a sus líderes. Además la cercanía sólo se logra con los diputados ganadores en los distritos, que suelen ser de los partidos mayoritarios: en España, PP y PSOE. Los diputados de partidos más pequeños siguen saliendo de la lista del partido.
La propuesta de Ciudadanos sólo evita ese problema porque propone usar listas desbloquedas en el segundo voto. Los partidos tendrán que sacar de sus listas a los diputados menos populares. Todavía podrán colocarles en distritos seguros, pero si arriesgan demasiado con candidatos muy impopulares, pueden dejar de ser distritos seguros.
4. Necesita un mecanismo compensatorio. La gran incógnita de la propuesta de Ciudadanos es qué ocurre con el partido que saque más diputados en distritos que por lista: si alguien logra 20 diputados por distritos pero proporcionalmente solo le tocarían 15. Desde Ciudadanos no tienen por ahora respuesta. En Alemania se amplía el Parlamento, pero Ciudadanos descarta esa opción. La opción de dejar sin escaño a un candidato que ha ganado su distrito es irreal.
Una tercera alternativa es que el reparto de los 175 escaños uninominales y los 175 por partidos sean independientes. Cada formación sumaría los asientos que gana en un distrito y la parte proporcional que le toca de los otros 175. Pero no parece una gran idea: los partidos grandes se llevarían la inmensa mayoría de los escaños de distrito.
Es clave por tanto que una propuesta como la de Ciudadanos introduza un método compensatorio. En EL ESPAÑOL hemos hecho una cálculo hipotético rápido. Hemos tomado las provincias como distritos uninominales y los votos de nuestro promedio de encuestas: todas menos 7 serían para PP y PSOE. Ciudadanos quizá se llevaría 3, CDC 2 y PNV otras 2 -porque están muy asentados en sus territorios-. Podemos no tendría ningún diputado en esos distritos. Sus incentivos por tanto para luchar en ese ámbito serían mínimos. Sin un método compensatorio la reforma sería menos proporcional que el sistema actual.
*Actualización: en el documento de Ciudadanos de 'Propuestas de Regeneración Democrática e Institucional' se dice que "si los escaños obtenidos por algún partido en las circunscripciones uninominales superaran los asignados por la votación proporcional se crearán escaños adicionales" (página 24). Es decir, que según ese documento el Congreso sí se ampliaría ante esa circunstancia.