Los barrios populares donde Podemos suele celebrar sus actos se han sustituido este miércoles por techos altos, grandes lámparas y camareros con smoking. El candidato a la Moncloa de la formación emergente, Pablo Iglesias, ha acudido a un almuerzo en el lujoso Hotel Palace de Barcelona para explicar su proyecto a una serie de empresarios catalanes que han abonado 50 euros por cubierto.
“Tengo que reconocerles que me intimida intervenir aquí”, ha arrancado Iglesias. “No porque sea difícil sino porque en Madrid a veces los debates son más previsibles”. El candidato de Podemos tenía presentes algunas afirmaciones desafortunadas que realizó en Cataluña durante las elecciones autonómicas y ha ido con pies de plomo. “Uno, cuando es de Madrid, aquí puede tropezar torpemente, por eso es bueno ser prudente y cuidadoso”, ha añadido. La campaña para las generales no tiene ese aura de plebiscito independentista en la que Podemos no sabía dónde meterse. Iglesias se ha sentido finalmente cómodo en Cataluña y ha defendido sin ambages un referéndum para desbloquear el desafío soberanista, una consulta que se debería celebrar durante el primer año de legislatura, según ha afirmado.
Era cuanto menos curioso ver a Pablo Iglesias almorzar en el Palace flanqueado por el Conde de Godó, Juan Carlos Godó, y el director de La Vanguardia, Màrius Carol. Iglesias ha acudido, además, acompañado de otros miembros de su coalición como Joan Herrera o Ernest Urtasun (ICV), Lluís Rabell (CSP) o Albano Dante y Marc Bertomeu (Podem). Los herederos del 15-M han compartido cubiertos con importantes empresarios como Ramón Salabert, CEO de Telefónica en Cataluña, Lluís Bertran, directivo de Gas Natural o Pau Herrera, presidente de la Asociación Española de Directivos.
Tono conciliador
Iglesias ha usado durante todo el almuerzo el nuevo estilo conciliador que ha venido empleando en los últimos debates, cuando se dirige a un público que no es el suyo. Ni rastro de esas encendidas denuncias a la casta o de esos mensajes contra las élites catalanas que, según él, pilotaban el proceso soberanista. Iglesias ha defendido sus propuestas sin aspavientos y ha lanzado algún recado a los empresarios que lo escuchaban.
El líder de la formación morada ha criticado un sistema en el que, según él, toman decisiones “gente que no se presenta a las elecciones” y ha cargado contra las puertas giratorias. “Nos preocupa que alguien que ha obtenido influencia y contactos gracias a que la gente lo ha votado se ponga al servicio de los que pagan mucho dinero con intereses que pueden ser contrarios al interés general”, ha afirmado. Según Iglesias, estas puertas giratorias son una forma de “corrupción legal” y debe acabarse con ellas. “Se ha convertido en una forma de Gobierno eso de tomar decisiones políticas en reservados de restaurantes o palcos de fútbol”.
La burguesía catalana tenía curiosidad por saber qué encaje tiene el empresariado en el ideario político de Iglesias, que ha defendido su compromiso con los autónomos, los emprendedores y las PYMES, así como el acceso al crédito. El líder de Podemos ha defendido que las entidades rescatadas con dinero público deberían tener una “función social” para facilitar el acceso a la financiación a los españoles.
Iglesias, sin embargo, ha criticado a las empresas del Ibex 35 y ha denunciado que 33 de estas compañías tienen filiales en paraísos fiscales. Según el candidato de Podemos, esto implica que “no quede ni un euro en España” de estas empresas mientras que los “empresarios que realmente se echan el país a la espalda” no han recibido un “apoyo real” por parte del Gobierno.
Tampoco ha escatimado reproches al “oligopolio de las eléctricas” surgido después de la liberalización de 1997. Iglesias ha denunciado que en en el barrio de Nou Barris la luz es “más cara que en Hollywood” y una de las más costosas de Europa. “Si algo aprendí de los liberales es que a veces ciertas formas de competencia son razonables, y esto no ha ocurrido en el mercado eléctrico”.
Los camareros con smoking, mientras, servían educadamente vino a los empresarios catalanes con una mano detrás. El menú ha consistido en una ensalada de queso de cabra con membrillo, almendras y vinagreta de soja y miel, un meloso de ternera, postres y café.
El referéndum catalán, en un año
La defensa de un referéndum de autodeterminación es una de las principales bazas que ha proyectado a Podemos hasta el primer puesto en las encuestas en Cataluña. Iglesias lo sabe y este miércoles ha defendido encarecidamente esta consulta ante los presentes.
Según el líder de la formación morada, la celebración del referéndum es “urgente y una prioridad” y se ha comprometido a celebrarlo durante su primer año de mandato. “Más de un año me parecería no asumir la actualidad de una cuestión que se podría haber resuelto hace tiempo”, ha remachado.
Iglesias ha precisado que sólo los catalanes deberían votar en este referéndum y ha añadido que, a su entender, no es necesaria una reforma constitucional para llevarlo a cabo ya que hay “vías jurídicas” que lo permiten. Iglesias ha citado la ley orgánica que regula los referéndums así como una sentencia del Tribunal Constitucional de 2014 que emplaza tanto al Congreso de los diputados como al Parlament catalán a encontrar una solución política al desafío soberanista. “Ambas cosas abren la posibilidad de que una consulta se produzca”, ha afirmado.
El candidato a la Moncloa ha defendido esta vía como la única solución posible. “Es una cuestión democrática y responde al sentido común”, ha opinado. “Algunos políticos han decidido parapetarse detrás de las leyes cuando estas se pueden interpretar de maneras distintas”.
A pesar de su defensa del referéndum, Iglesias se ha mostrado contrario a una Hacienda propia para Cataluña. "Se tiene que contribuir en función de lo que se gana, no de dónde se vive", ha explicado. Iglesias, sin embargo, se ha mostrado dispuesto a aplicar el principio de ordinalidad en la financiación autonómica siempre que se respete también el principio de solidaridad.
Crítica al ‘café para todos’
“Parece que el Estado de las Autonomías fue una manera de salir del paso que no ha dejado satisfecho a nadie”, ha contestado Iglesias cuando le han preguntado sobre los problemas que plantearía en otras comunidades una relación asimétrica de Cataluña con España. “Es un debate difícil, no tiene solución que pueda excluir el diálogo”, ha explicado. “Creo que se debe fundamentar en la eficacia y servicios y no tanto en una suerte de ‘que hay de lo mío’.”
Según Iglesias, el ‘café para todos’ fue la única solución en un momento difícil en que las “élites de la dictadura” tenían aún mucho peso político. “Además, el ejército no era el mismo que es ahora”, ha añadido. “La simetría institucional pudo servir para salir del paso y resolver cuestiones ambiguas en la Constitución”.
Los grandes partidos, responsables
Pablo Iglesias ha responsabilizado a los grandes partidos españoles y su “escasa altura de miras” de la situación en Cataluña. Iglesias no ha escatimado en reproches hacia el PP y su decisión de convertirse en una “fuerza política marginal” tanto en Cataluña como en el País Vasco y ha criticado el “inmovilismo” de Ciudadanos y la similitud con el PP de su discurso ante el soberanismo.
“El caso del PSOE es el que más me preocupa. Podríamos entendernos, sobre todo con el PSC, pero creo que el PSOE manda demasiado sobre ellos”, ha explicado ante algunos exdirigentes del PSC como Laia Bonet. “No escuchamos el discurso que seguramente muchos socialistas catalanes querrían plantear en un momento como este”.