Ya en mitad de campaña, la estrategia de Ciudadanos para llegar a la Moncloa o lograr un grupo parlamentario cuanto más numeroso mejor, ya es evidente. Estos son sus rasgos principales.
1. Todos los balones para Messi-Rivera. Ciudadanos depende de su estrella. Nadie dentro del partido esconde quién se la juega. “Siempre es mejor tener a los mejores en tu equipo. Messi no baja siempre a defender y robar el balón. Tiene un equipo detrás que hace el trabajo”, decía en abril el secretario de organización, Fran Hervías, a El Mundo. Un dirigente del partido reconocía que si tienes a Messi, hay que utilizarlo. “El liderazgo es escuchar, ver y decidir. Cuando le llega la pelota, tiene que rematarla y tomar decisiones”, dijo el mismo Rivera en un mitin andaluz.
La admiración por el líder en el partido es grande: “Tenemos la persona que puede devolver la felicidad a este país”, según el portavoz de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín. Para Inés Arrimadas, “es la persona preparada para que caiga sobre sus hombros el futuro de España”. En esta metáfora deportiva, Inés Arrimadas sería Neymar.
2. Tele, tele, tele y un poco de Twitter. En Ciudadanos presumen de ir a todos los medios y, sobre todo, todas las teles. Sin la pantalla hubiera sido imposible ser tan conocidos en tan poco tiempo. Los políticos tradicionales suelen calibrar su exposición pública. En Ciudadanos, al menos hasta ahora, no. Las redes sociales son otra de sus patas evidentes de comunicación. Las polémicas tuiteras que les favorecen -Naranjito o #yoestoyfondona- circulan con el apoyo del aparato y un ejército virtual de simpatizantes que reciben instrucciones constantes por email.
3. Somos catalanes y no pasa nada. Los mayores aplausos en la gira andaluza de Rivera han sido para sus referencias a Cataluña. En Málaga, tras la propuesta de Podemos de celebrar un referéndum en un año, fue especialmente explícito: “Con España no se juega”, dijo. Luego llegó su frase más aplaudida: “Si yo gobierno España, España no se toca, España no se negocia, España no se rompe”. El público empezó a gritarle “presidente, presidente”. Otra frase con variantes que Rivera pronuncia a menudo es “llevo ochos partiéndome la pana en Cataluña”. Es el tema estrella del partido. La ayuda involuntaria que han recibido con la ola independentista catalana es valiosa. La ambigüedad de Podemos y a veces del PSOE y la desaparición del PP en este asunto, da ventaja a Ciudadanos. “Cataluña es como el 7 y medio. Es muy fácil pasarte y quedarte corto”, dice Rivera.
La réplica al proceso no es su único mensaje sobre Cataluña. “He oído un visca Catalunya en Granada”, dijo Rivera en Málaga. Entre el público malagueño se oyó un “¡visca!” de respuesta. Ciudadanos pretende que la Cataluña que representan sea mejor recibida en el resto de España.
4. Somos nuevos. Ciudadanos no tiene mochilas. Todo lo que dice es posible porque no hay una gestión detrás ni unos votos difíciles en el Congreso contra los que contrastar las promesas. Esta virginidad solo ocurre una vez y Ciudadanos intenta aprovecharla.
Rivera suele recalcar que el partido nació de una plataforma cívica en Cataluña y que así se extendió por España. Durante la campaña, esa plataforma se ha visto menos. No todos los actos están llenos, aunque siempre hay entre 400 y 1.000 personas de media.
Otro proyecto colectivo que debería funcionar mejor si la ilusión fuera enorme sería su crowdfunding, que de momento ha dado poco que hablar. Barack Obama sacó un 53% de su presupuesto en microdonativos en 2008. El presupuesto electoral de Ciudadanos rondará los 4 millones. No llegarán a cifras remotamente parecidas.
5. No queremos peleas sino consensos. Otra página de la campaña de Obama es su insistencia en crear una nueva España que ya no se pelee, sino que se una: “Somos los únicos que podemos sentar a todos en la mesa”, repite Rivera, que se ha cansado de proponer pactos de Estado con todas las fuerzas. “No queremos entrar en el ‘y tú más’ porque los votantes nos penalizan”, dice Rivera. Si llegaran a la Moncloa, repiten que su gobierno tendrá independientes y figuras de otros partidos. Uno de los libros que Obama leyó en su campaña de 2008 fue Team of Rivals, que explicaba cómo Abraham Lincoln formó un gobierno de los mejores, no solo de miembros de su partido o afines. Rivera aspira a lograr algo parecido. De momento, apenas se han filtrado figuras de consenso.
6. Somos de centro. La estrella de uno de los dos vídeos promocionales de Ciudadanos es Adolfo Suárez. “El 20-D podremos votar a Albert Rivera con la misma ilusión con la que nuestros padres votaron a Adolfo Suárez”, ha dicho Arrimadas en uno de sus mítines. Su comodidad al ser criticado desde izquierda y derecha. Es un espacio difícil de ocupar y bueno en réditos electorales. EL ESPAÑOL ya explicó por qué han intentado tanto ocupar ese espacio. En la campaña siguen ahí y disfrutan con el PSOE llamándoles “las dos derechas” junto al PP y el PP advirtiendo que van a crear “un tripartito” con PSOE y Podemos. “Si yo llamara al PSOE de extrema izquierda no tendría ninguna credibilidad”, dice Rivera. Cree que a los demás les ocurre lo mismo.
7. Hacemos propuestas que traen ilusión. “No queremos cargos, queremos cambios”, es otro lema del partido. La incorporación estrella, y que ha dado un perfil técnico y profesional extraordinario a la campaña de Ciudadanos, es Luis Garicano, profesor de la London School of Economics. Es el ministrable más evidente de la formación. El ámbito económico y social es el principal en España. El contrato único, el complemento salarial, la rebaja fiscal, el cálculo de los costes de las medidas -detalles repetidos hasta el agotamiento por Rivera- son obra de Garicano. En ningún otro ámbito, Ciudadanos tiene un perfil no político tan alto.
8. Un monolito de granito. Rivera acusa al PSOE de tener 17 ideas de España mediante sus barones. Ciudadanos es en cambio un curioso monolito de granito. El partido ha conseguido ese improbable milagro de lograr presuntamente un partido cohesionado y servicial con la ejecutiva tras docenas de primarias que fomentan -en teoría- el debate y la disensión dentro de unos límites. Los candidatos provinciales parecen deber más a la ejecutiva que sus votantes en primarias. Sus escasas intervenciones públicas son una repetición mediocre del argumentario más fino del partido.
9. Hablamos bien. La buena comunicación y explicación de los puntos es clave. Rivera no es un político que disfrute gritando ante el público o contando anécdotas. Pero es bueno para explicar datos e hilar argumentos sin leer. Con su partido, han preparado ideas fuerza y argumentarios bien divididos que permiten mantener el mensaje sin salirse. Es una disciplina clave en política. No hay errores ni florituras. El resto de candidatos mantienen un perfil bajo, o tan bajo como sea posible.
10. Esperanza, ilusión, cambio. La campaña de Obama en 2008 se basó en Hope y Change. La campaña de Ciudadanos en 2015, también. Pero es menos emocional. Es difícil calcar la personalidad del candidato y el momento norteamericano -Bush e Irak- de 2008. Pero Ciudadanos lo prueba: “Podemos seguir igual o ilusionarnos con nuestro país”, dice Rivera en mítines. En su crowdfunding venden “unidades de ilusión” y su lema de campaña es “con ilusión”.
En su minuto final en el debate de Atresmedia, Rivera dijo que “La esperanza vence a la resignación”. Rivera no cita a Obama en sus mítines, pero si a John F. Kennedy y su sobada frase: “No te preguntes qué puede hacer Estados Unidos por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”. Es un argumento que encaja con la campaña de centro, propositiva, liberal de Ciudadanos. Pero España no es Estados Unidos.