De verde y blanco y aclamada por los suyos, Susana Díaz salió a un pabellón deportivo de Pino Montano de Sevilla para apoyar clara y públicamente a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno. El gesto, en sí mismo, es una notica si se atiende a las intrigas y desencuentros que han marcado la relación entre ambos en el último año.
“Estoy convencida de que vamos a ganar el 20 de diciembre Estoy convencida de que Pedro Sánchez va a ser presidente del Gobierno. No tengo ninguna duda”, dijo ante unas 3.000 personas que según la organización del mitin se reunieron en el pabellón deportivo Pino Montano de la capital andaluza. Según ella, Sánchez tiene que ganar “al abuelo amable” que “toma churros, juega al futbolín y comenta los partidos de la Champions”.
Tanto Díaz como el resto de dirigentes andaluces que hablaron antes que ella hicieron continuas referencias a la victoria que auguran para Sánchez. Sin embargo, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, reconoció implícitamente y poniéndose de ejemplo que lo tiene complicado. "Te lo dice uno que hasta el último minuto decían que no iba a ser alcalde de Sevilla", dijo el primer edil de la capital andaluza, que llegó al consistorio en mayo.
El ambiente de Sevilla era festivo. No sólo por la versión a ritmo de sevillanas del himno del PSOE sino por los continuos aplausos con los que eran interrumpidos los oradores, Sánchez incluido. “Este es el ambiente de Sevilla. ¡Llévatelo para Madrid y gana las elecciones!”, le pidió Antonio Pradas, número uno por Sevilla y miembro de la Ejecutiva de Sánchez.
El candidato se fue creciendo poco a poco y comprobó cómo los mensajes que repite por toda España desde que comenzó la campaña eran especialmente aplaudidos por el público sevillano, en el que se veían muchas canas. Hasta se arrancó con uno nuevo, un chiste que dice haber escuchado de un militante de Cádiz, “con la gracia que tienen” allí, reconoció. "Se abre el telón. Aparecen Rajoy, Rivera e Iglesias juntos. ¿Cómo se llama la película? Las amistades peligrosas". A Sánchez lo interrumpieron todo el rato. “Me encantan los mítines interactivos”, respondió él, encantado.
Pese a todo, las 3.000 personas de Pino Montano están muy lejos de las que en 2011 arroparon a Rubalcaba. Entonces fueron hasta 30.000 las que arroparon al candidato en Dos Hermanas.
Díaz, contra Podemos
Díaz se envolvió en la bandera andaluza para atacar a Podemos, el partido que junto al PP más critica su acción de Gobierno como presidenta de la Junta. Díaz reprochó a Iglesias su referencia al referéndum sobre la autonomía, celebrado en 1977, y su comparación con el derecho a la autodeterminación que defiende para Cataluña. “Si no tienen Historia, que no tengan cuentos”, pidió.
Después, Díaz reprochó a Iglesias no sentirse lo suficientemente español. “Quien tiene urticaria de nombrar España no puede ser presidente de un país tan grande como el nuestro”, según ella.
Para ella, el “vais bien” que Rajoy le dijo a Iglesias el domingo pasado fue una idea de Juanma Moreno, el líder popular en Andalucía. “El que tengo aquí, el Moreno Bonilla, ha llamado a Rajoy y le ha dicho ‘Mariano, no lo distraigas, que van bien. Llevan 9 meses votando con nosotros”, dijo.
La intervención de Díaz apeló al sentimiento identitario, defendió su gestión en la Junta y no se olvidó de las esencias del PSOE, del que citó a numerosos referentes históricos.
La de Sánchez se centró más en atacar a Rajoy por la corrupción y en defender las políticas socialistas que, según él, volverá a poner en marcha si gana las elecciones.
Pese a las dificultades que han tenido Díaz y Sánchez desde hace meses y los las especulaciones que apuntan al desembarco de Díaz en Madrid si Sánchez no logra gobernar, ambos se esforzaron por enfatizar una sintonía personal que no existe en privado, según los equipos de ambos.
Sin referencias a los fallecidos en Afganistán
El acto comenzó con un minuto de silencio pedido por Espadas, el alcalde de Sevilla, y que el auditorio respetó a rajatabla y en pie.
Sin embargo, ni Díaz ni Sánchez hicieron referencias a los dos muertos en el ataque a la embajada de Kabul (Afganistán), a pesar de que el segundo se ha conocido de madrugada. Tampoco pidió Sánchez explicaciones a Rajoy por la gestión de la tragedia y sus mensajes erróneos, transmitidos desde ayer por el presidente desde la caravana de campaña.