Aborto. Pero más que una a podría ser una erre de resbalón. El de Pedro Sánchez al insistir en los derechos sobre la maternidad que ha quitado Rajoy a las españolas. Rajoy atornilló al socialista para que concretara, quizás sospechando que Sánchez se refería a la reforma de Alberto Ruiz Gallardón que no llegó a término. No sabemos si Sánchez se refería al consentimiento que vuelve a ser obligatorio para las menores, pero no lo dijo. "Usted lo sabe muy bien”, dijo una y otra vez.
Bárcenas. Fue el ‘greatest hit’ del debate. Donde más brillante estuvo Sánchez y donde más nervioso se puso Rajoy. Pocas veces Rajoy había sido confrontado de forma tan dura por nadie en este asunto.
Campo Vidal. "¡Buenas noches, España! ¡Buenas noches, Europa! ¡Buenas tardes, América!” Aunque faltó algún saludo a los espectadores de Asia-Pacífico, sí sonaron los violines en la sintonía y por poco Manuel Campo Vidal da "douze points” a algún país en un festival de la canción de los años 80.
Si la semana pasada el chiste decía que Ana Pastor moderó el debate a cuatro y Vicente Vallés moderó a Ana Pastor, en el cara a cara Campo Vidal se limitó a marcar los tiempos y pedir a los contendientes que miraran a cámara al principio y al final.
El chino. No nos referimos a la cumbre donde estaban "Obama y el chino”, a la que se refirió Rajoy en el sofá de Bertín Osborne sino a las dificultades de Sánchez para hacerse entender. "Yo entiendo que esto para usted suene a chino”, le dijo en un momento mientras Rajoy entrecerraba un ojo.
Frase final. La mejor, por comparación, la de Sánchez, muy estudiada. "Cuenten conmigo. Yo cuento con vosotros y con vosotras”. Un final agradable para un debate bronco.
Grecia. Sánchez reprochó a Rajoy que dijese que si ganaba el "no” a los ajustes en el referéndum de Grecia, el país tendría que salir del euro. El presidente reprochó que era mentira. Error. Lo dijo.
Herencia recibida. Varios momentos del debate fueron una sublimación de reproches que tanto critican (pero a veces usan) los partidos emergentes. Rajoy recurrió todo el tiempo al recurso para personificar en Sánchez las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero. Como viene siendo habitual en las últimas semanas, el candidato socialista reivindicó el legado del último Gobierno socialista, al que cree que el tiempo está revalorizando, como pasa con ciertos vinos.
Insultos. "Miserable”, "mezquino", "deleznable" o "ruin” son algunos de los adjentivos utilizados por Rajoy para atacar a Sánchez cuando le apretaba con la corrupción. El presidenciable socialista también acusó a Rajoy de mentir, de no ser decente y de estar manchado por la corrupción. Rajoy utilizó las palabras más gruesas, pero Sánchez tampoco se quedó atrás.
Jurásico. Tras dos debates del siglo XXI, el formato, el decorado, la mesa y el moderador trasladaron de nuevo al debate a la era de la vieja política. En la retina están los cara a cara que enfrentaron a Rajoy con Rubalcaba y Zapatero. Y también los otros debates, con preguntas concretas, tiempos más cortos y el dinamismo de la nueva política.
La afirmación "Ruiz”. Es posible que Rajoy estuviera pensando en el juez Pablo Ruz cuando lo dijo, pero lo cierto es que le salió "Ruiz” y tuvo que corregir. Quería decir que la actitud de Sánchez contra él por la corrupción era "ruin”.
"Miente, miente y miente”, dijo Sánchez a Rajoy. "El que miente es usted”, respondió Rajoy.
Nueva política. La que faltó en el debate. Pero Pablo Iglesias y Albert Rivera estaban en otra cadena de televisión. Obviamente, no les gustó y se consideraron ganadores aún sin haber estado.
Ojos. Los de Rajoy se movían a una velocidad inaudita. Uno se le cerraba, en otras ocasiones simplemente miraba hacia demasiados puntos al mismo tiempo. Nunca un primer plano fue tan perjudicial para la comunicación verbal de un candidato.
"Pies, para qué los quiero, si tengo alas para volar". La frase de Frida Kahlo nos viene al pelo para explicar el síndrome de la máquina de coser que parecía aquejar al presidente. Muy nervioso, le dio al pie todo el tiempo, aunque las cámaras lo mostraron más en la primera mitad.
Rato. O erre de rescate, el bancario con el que Sánchez acorraló a Rajoy al principio del debate. Rajoy, que negó en todo momento que España hubiese sido rescatada, acabó admitiendo el "tema bancario” como animal de compañía. Todo apunta al mismo sitio: a la Bankia presidida por Rodrigo Rago, "su gurú económico”, según dijo Sánchez, y otras cajas de ahorros.
Sueldos y sobresueldos. "Más de 200.000 euros” cobraba Rajoy como jefe de la oposición, dijo Sánchez, presumiendo de cobrar menos: 88.000. Con esa afirmación quiso sostener el jefe de la oposición que su contrincante sí ha ganado dinero en política. Y no parece que poco.
TTIP. ¿Te suena a chino, como a Pedro Sánchez lo que decía Rajoy? En realidad, son las siglas en inglés del tratado de libre comercio con EEUU que negocia la Unión Europea, con una gran oposición de los partidos a la izquierda del PSOE y los colectivos antiglobalización. Según Rajoy, que lo citó al final del debate, impulsará el crecimiento del PIB español en varios puntos y creará cientos de puestos de trabajo.
Utopía. O, buscando bajo los adoquines, donde el mayo francés decía que estaba la playa, simplemente ilusión. Ningún candidato fue capaz de contagiar un sentimiento optimista en las posibilidades de España y su futuro. El acoso y derribo fue tan agudo que no hubo tiempo para el idealismo que sí reivindican los partidos emergentes.
Volatilidad. Los tiempos del rescate de la economía española fueron evocados y, con ellos, la prima de riesgo, que tantos vaivenes dió y que tanto preocupó a los últimos compases de Zapatero y los primeros de Rajoy en la Moncloa.
X. Le dedicamos esta letra a todos esos temas a los que los candidatos les pusieron la cruz y los dejaron en el cajón. Y no será porque los candidatos no llevasen papeles. El cambio climático, la ciencia, la cultura (excepuando la rebaja del IVA)...
Y tú más. Y tú. No, y tú. Es posible que no haga falta otra explicación.
Zapatero. No estaba, pero fue nombrado. Implícitamente por Rajoy y explícitamente por Sánchez, para defenderlo.