Campo Vidal rompe su silencio: "Ha sido el debate más duro de todos"
"En España pagas un 21% de IVA en desgaste por cualquier cosa que hagas", dice sobre las críticas el veterano comunicador.
15 diciembre, 2015 15:39Noticias relacionadas
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Al día siguiente del debate entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, Manuel Campo Vidal se siente satisfecho de haber cumplido con lo que considera un compromiso democrático. "Es necesario que en las elecciones haya un cara a cara", explica a EL ESPAÑOL. "Es un formato de alto riesgo pero debe hacerse y los candidatos han sido muy valientes al aceptarlo pese a la alta exposición".
Reconoce sin embargo que no es inmune a las críticas por la escenografía y la dirección del debate, que muchos han juzgado anticuada. Tampoco a los reproches a su papel en el centro de la vorágine, que han hecho de él un protagonista involuntario del 20D.
"En España se paga un 21% de IVA en desgaste por cualquier cosa que hagas. Si no quieres sufrir, no hagas nada", sentencia, admitiendo con buen humor que hasta se ha reído con alguno de los montajes y memes que circulan por la red. "Hay algunos muy buenos".
Le molesta sin embargo la torrentera de reproches y chanzas que provocó su saludo inaugural, "Buenas noches, España. Buenas noches, Europa. Buenas tardes, América", asociada para algunos a una televisión envejecida o incluso a Eurovisión.
"Me parece que eso no es antiguo cuando sabes que hay cadenas en Iberoamérica que están transmitiendo el debate", se defiende. "Es de cortesía elemental".
El momento más duro
El periodista no tiene inconveniente en reconocer que ha sido el debate más duro de los que ha moderado. En la mente de todos está la ofensiva implacable de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy por el 'caso Bárcenas' durante dieciocho minutos en los que terminó acusando al presidente del Gobierno de "no ser decente" mientras su rival le trataba de "ruin, mezquino y miserable".
La volatilidad de ese momento trae a la memoria de Campo Vidal el final del debate entre José María Aznar y Felipe González en 1993. Antes del turno final sin réplica, Aznar reveló que González había exigido ser el último en hablar y la organización se lo había permitido.
El candidato socialista entró al trapo y amenazó con hablar de "quién había exigido qué", y el moderador pasó unos tensos minutos reconduciendo la situación. Aún así González, con su proverbial retranca, consiguió colar que Aznar había obligado a hacer el debate sentados para compensar la diferencia de altura.
En cuando a la intensidad emocional, Campo Vidal cita un episodio de los debates entre Zapatero y Rajoy de 2008. Pero en aquella ocasión el candidato popular no era el ofendido si no el faltón, acusando al socialista de "agredir a las víctimas del terrorismo". Zapatero le exigió retirar esa acusación. "Se le veía tocado, dolido", recuerda. Aun así Rajoy, girándose hacia el moderador, subrayó claramente que lo mantenía.
La pregunta final es obligada: ¿se ve Manuel Campo Vidal moderando un nuevo debate presidencial dentro de cuatro años? "Es muy pronto para decirlo", confiesa. "Todavía hay que digerir éste".