La campaña de Podemos para estas elecciones generales será diferente. Además de la diferencia que supone haber tejido una alianza con Izquierda Unida, la hoja de ruta diseñada por el partido morado será bastante distinta a la que utilizó en los días previos al pasado 20 de diciembre. Una de las diferencias principales es que Pablo Iglesias reducirá sobremanera su presencia en la caravana electoral. El líder del partido morado solo estará en ocho mítines en quince días. El motivo es que se centrará en aparecer más en las televisiones.
Los dirigentes de Podemos, un partido que domina los medios de comunicación mejor que cualquier otro, han comprendido que la presencia diaria en grandes actos electorales no tiene por qué ser sinónimo de conseguir votos. En cambio, la lección que extrajeron del 20-D es que la presencia en la televisión, con los debates electorales como principal ejemplo, sí puede resultar decisiva para seducir a muchos votantes.
Errejón toma el relevo
En esos aprendizajes del 20-D radica la gran innovación en esta campaña de Podemos. No existen precedentes en la democracia española de que un candidato a la Presidencia del Gobierno acuda a tan pocos actos electorales. El de Iglesias es el primer caso palpable en que el poder de la televisión y las redes sociales se impone a los mítines tradicionales. La nueva política también consiste en hacer nuevas campañas.
Además, como si pretendieran con ello negar cualquier división en el partido, será precisamente Íñigo Errejón, 'número dos' y director de la campaña, quien tendrá el gran protagonismo en la caravana de Podemos. Él sí recorrerá miles de kilómetros a lo largo y ancho de España. El mensaje que se envía a los electores es que, pese a la grave crisis interna que padeció la formación semanas atrás, Errejón sigue siendo un gran activo. Y, más allá de mensajes cifrados, el caso es que con este reparto Iglesias estará menos cansado. No puede obviarse que en los últimos días de la anterior campaña mostró ciertos síntomas de fatiga.
En cuanto a los lugares a visitar, llama la atención que, como adelantó este diario semanas atrás, Podemos se juega gran parte de sus opciones de superar al PSOE en Andalucía, Madrid y la zona del Mediterráneo (Valencia y Cataluña).
Los símbolos
Este jueves, cuando el partido morado presentó su campaña, todos los titulares se refirieron a los símbolos escogidos. La inclusión de un corazón multicolor en el logo y la elección del lema "La sonrisa de un país" no resultan sorprendentes para cualquiera que siga al partido morado.
Más allá de las explicaciones que dieron Iglesias, Errejón, Irene Montero y Carolina Bescansa durante la presentación, está claro que estos símbolos amables y positivos entroncan con una estrategia basada en combatir el "voto del miedo" que sus rivales intentan explotar. Podemos y sus socios de IU quieren aparecer ante el electorado como una opción que, más allá de sus políticas, no quepa en las etiquetas que utilizan sus oponentes. En esa línea, es evidente cómo el candidato a presidente se está afanando por blanquear su imagen todo lo posible en la precampaña.
Otra de las novedades de esta campaña de Podemos son los actos conjuntos con IU, que lógicamente se derivan de la alianza de ambos en Unidos Podemos. Ya se sabía que Iglesias compartiría varios actos con Alberto Garzón. Finalmente, estarán juntos en cinco eventos: la pegada de carteles con la que se inicia la campaña y cuatro mítines en Barcelona, Alicante, Cádiz y Madrid. En estos y otros actos, la candidatura Unidos Podemos se apoyará en algunos alcaldes del cambio.
A por el PP...y el PSOE
Hasta aquí, las formas. El fondo de la campaña no es ningún secreto: los líderes de Unidos Podemos venden el mensaje de "salir a ganar" o "desempatar" el 26-J pero, sabedores de que su victoria es harto complicada, tienen como principal (y más real) objetivo asestar al PSOE el ansiado sorpasso.
La estrategia consiste en lanzar mensajes positivos a los socialistas para situarlos como sus posibles socios tras las urnas, dando por hecho, sin decirlo, que no son la verdadera alternativa. Se trata de polarizar la campaña para que los electores estén ante esta dicotomía: "O PP o Podemos". Las encuestas apuntan a que habrá sorpasso, pero también es posible que solo se produzca en votos, pero no en escaños. Iglesias ya preparaba el terreno este jueves al afirmar que "segundo será el segundo que más votos tenga". Una forma de ocupar posiciones ante las negociaciones tras los comicios, que hoy parecen muy lejos, pero son la clave de bóveda para que en España haya gobierno.