Mariano Rajoy ha encontrado en Pablo Iglesias al aliado perfecto para sus intereses políticos. Los últimos datos que ha arrojado el CIS demuestran que la pinza que han conformado PP y Podemos está dando los resultados que querían sus promotores: a dos semanas del 26J, el 'sorpasso' de Unidos Podemos al PSOE ya es un hecho, en escaños y en votos, y Mariano Rajoy inicia la campaña electoral presentándose ante los españoles como el único líder capaz de frenar el asalto de Pablo Iglesias a la Moncloa.
La estrategia electoral que diseña Jorge Moragas en Génova, el cuartel general de los conservadores, consiste en polarizar al máximo la campaña e ignorar por completo al PSOE, para que Iglesias sobrepase a Pedro Sánchez y, ya de paso, dejar a los socialistas como un partido irrelevante en el Parlamento. Sin embargo, poner frente a frente dos proyectos tan antagónicos como el del PP y el de Podemos puede provocar el efecto contrario: que se acabe haciendo más fuerte aún Pablo Iglesias, no Mariano Rajoy. José María Aznar, presidente de honor del partido conservador, lo advirtió en la clausura del máster que preside, a principios de junio: en esa competición “siempre ganan los mismos, que son siempre los peores. Y siempre pierde la convivencia”. En la dirección nacional del partido hacen oídos sordos a las advertencias del expresidente del Gobierno.
Aunque los datos del CIS indican que el Partido Popular puede perder algún escaño, en Génova celebraron con entusiasmo el supuesto pinchazo. “La gente está aterrada con el auge de Podemos y aún hay un 30% de votantes indecisos. Confiamos en que voten al PP los convencidos y los que no quieren de ninguna manera a Pablo Iglesias”, resume un cargo de la dirección nacional del partido conservador. Los pronósticos que manejan en la cúpula hablan de romper el techo del 30% de los votos. Sin embargo, hay todavía muchos escépticos que creen que no va a ser tan fácil convertir en un escaño “los famosos restos” de las provincias más reñidas.
Con estos mimbres, el resultado final que arroje el 26J puede abrir varios escenarios y que Mariano Rajoy siga siendo el presidente del PP dependerá del resultado que obtenga. Si alcanza los 130 diputados (siete más que el 20D) y Ciudadanos mantiene sus 40 escaños, el centroderecha rozaría la mayoría absoluta. En este contexto, Rajoy tratará de aguantar y forzar el apoyo de Rivera presumiendo de sus buenos datos. En todo caso, no parece que ni Albert Rivera ni Pedro Sánchez vayan a votar sí a una investidura de Mariano Rajoy. La abstención podría negociarse si la segunda opción es Pablo Iglesias. Pero un acuerdo de gobierno que se prolongue durante toda la legislatura, como sueña el PP, es imposible si no se asumen los “sacrificios personales” que pide Aznar.
Sin embargo, las encuestas pintan un escenario que se aleja del ideado por el Partido Popular. Todos los pronósticos apuntan a que en esta doble vuelta los partidos de centroizquierda sumarán más escaños que los de centroderecha. Mariano Rajoy seguirá liderando la lista más votada, pero parece poco probable que el PSOE vaya a firmar la gran coalición que el líder del PP le propondrá la misma noche electoral, con o sin Pedro Sánchez a los mandos.
Los fieles del PP que votarán el 26J a Mariano Rajoy con una pinza en la nariz por “el bien de España” reconocen que con otro candidato todo sería más fácil. Aznar pide “retomar de inmediato y con el máximo empeño todas las tareas destinadas a acercar, consensuar y acordar entre españoles” para evitar que Podemos asalte el Ejecutivo, pero en Génova nadie se atreve a secundar la teoría del presidente de honor del partido hasta que la evidencia se haga realidad. Con esta estrategia impuesta por el presidente del Gobierno en funciones solo hay dos caminos: “España, gobernada por los populistas con un PSOE débil o un gobierno del PP en minoría, débil, para que el independentismo y el separatismo siga creciendo”, resume un destacado político nacional.
¿O Rajoy o el caos?
La unión de fuerzas constitucionalistas, que alcanzaría los 200 escaños en el Parlamento, “es imposible mientras siga liderando el PP Mariano Rajoy”, coinciden en el PSOE y en C´s. Quienes conocen y trabajan codo con codo con el presidente del Gobierno en funciones reconocen que a Mariano Rajoy le obsesiona perder el Gobierno y pasar a la historia como el primer presidente en no ser reelegido.
Los que respaldan su teoría se escudan en que “él ha dado la vuelta a la situación económica de España. Ya nadie se acuerda de cómo estaba la prima de riesgo ni de que gracias a él se evitó el rescate del país. Es muy injusto que no pueda estar cuatro años más, como todos sus antecesores”. Los marianistas más convencidos defienden la polarización de la campaña para que la gente elija entre "Rajoy o el caos". Una estrategia peligrosa que podría provocar “que Pablo Iglesias, el monstruo que creó el PP, acabe devorando todo. La teoría de que que hay que elegir entre 'o Rajoy el caos' puede acabar en que la única alternativa que haya mañana sea el caos”, sostiene un alto cargo socialista.
La unión de fuerzas constitucionalistas
Esta obsesión por permanecer ocho años en la Moncloa y contar con el tiempo suficiente para diseñar una transición meditada en la dirección del Partido Popular tiene una consecuencia directa: “Que Pablo Iglesias pueda ser presidente del Gobierno”, reconocen en privado los que apuestan por una unión de fuerzas constitucionalistas sin Mariano Rajoy al frente.
Si finalmente los deseos de Rajoy se cumplen pero solo consigue un apoyo de investidura, Pablo Iglesias “seguirá sumando adeptos durante los dos años que como mucho podría gobernar Rajoy, porque le tumbarían todas las iniciativas”. En Podemos cuentan con este tiempo para afianzarse internamente y salir en las próximas elecciones “a por la mayoría absoluta”. Y en esas nuevas elecciones que podrían celebrarse en 2018, los más escépticos con esta campaña de polarización reconocen que entonces quizá el monstruo ya sea imparable. “Iglesias se habrá comido ya a Izquierda Unida y al PSOE. Solo le quedaría el Partido Popular”.